Río de Janeiro
Continúan las protestas en Brasil en un clima de final de Copa
Las protestas sociales en las calles de varias ciudades brasileñas continuaron hoy en medio de un clima futbolero para la final de la Copa Confederaciones, que disputarán el domingo en Río de Janeiro las selecciones de Brasil y España, y se jugará en medio de un fuerte esquema de seguridad.
Médicos, profesores, homosexuales y diversos movimientos sociales volvieron hoy a salir a las calles, como lo han hecho desde el pasado 10 de junio, cuando se desató una ola de protestas, en un comienzo por el alza del transporte público en Sao Paulo, y después por diferentes reivindicaciones de la sociedad.
Las movilizaciones continuaron a pesar del sentimiento futbolero que arropa a los brasileños de cara a la esperada final de la "canarinha"ante España, y las autoridades garantizaron la seguridad en el estadio Maracaná, para evitar los actos de violencia que ocurrieron en las cercanías de otros estadios durante el torneo.
El ministro de Deportes, Aldo Rebelo, expresó hoy su confianza de que las protestas convocadas para el domingo en Río de Janeiro y que llegarán a las cercanías del estadio Maracaná "sean pacíficas".
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, también presente en la rueda de prensa, dijo que, a pesar de que el torneo se ha jugado en medio de protestas sociales, "el fútbol ha podido desempeñar su papel positivo"y destacó el "respeto y pasión"de los brasileños por ese deporte.
En Brasilia, la presidenta Dilma Rousseff tuvo una jornada más de reuniones con líderes sociales, como ha sido en su agenda durante la semana, y recibió hoy a representantes de movimientos de homosexuales y de organizaciones juveniles.
La reunión ocurrió un día después de la difusión de un informe oficial según el cual las denuncias de casos de violencia contra homosexuales en Brasil prácticamente se triplicaron en el último año al pasar de 1.159, en 2011, a 3.084 el año pasado.
Los movimientos de homosexuales y simpatizantes fueron a las calles para protestar por un proyecto de ley que se tramita en el Congreso, conocido como "cura gay"y que pretende catalogar la homosexualidad como una enfermedad para ser tratada por psicólogos.
La organización del Orgullo Gay convocó una marcha en Río de Janeiro, en la que se pidió una vez más la renuncia del diputado y pastor evangélico Marcos Feliciano, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y favorable a la medida.
En Sao Paulo, mientras tanto, manifestantes bloquearon parcialmente la autopista Vía Dutra, la principal que comunica ese estado con el de Río de Janeiro y la manifestación impidió también el acceso al aeropuerto internacional Cumbica, en el municipio de Guarulhos y que opera para la mayor ciudad brasileña.
La Avenida Paulista, en el corazón financiero de Sao Paulo, también tuvo bloqueos por parte de ciclistas, que piden mayor seguridad para transitar, y médicos que abogan por mejores condiciones de trabajo.
Billete estudiantil gratis
El gobierno sigue dando su brazo a torcer aunque los indignados brasileños no parecen dispuestos a abandonar las calles. En este proceso el Congreso votó darle tratamiento de urgencia al proyecto de ley para aprobar un boleto estudiantil gratuito, que se sancionaría el miércoles de la semana próxima. Era una de las principales demandas de los manifestantes.
El proyecto Pase libre estudiantil en todo el país fue impulsado por Renan Calheiros, el presidente de la cámara, que propuso financiar su costo con las regalías de la explotación petrolera.
El beneficio incluye todos los medios de transporte colectivo locales y alcanza a los alumnos regulares de nivel primario, secundario y superior, tanto de instituciones públicas como privadas.
Días atrás, el Parlamento ya había aprobado un proyecto que se encontraba congelado desde hacía años, por el que se definía destinar el 75% de los recursos petroleros en educación, y el 25 restante, en salud.
Pero a pesar de haber establecido las fuentes de financiamiento, el Senado, y Calheiros en particular, fueron criticados por oportunistas, ya que habrían tomado la decisión para calmar las protestas, sin contemplar las consecuencias presupuestarias para el estado federal. Entre los críticos, figura Aloysio Nunes Ferreira, líder del PSDB, el único senador que votó en contra de la aprobación del tratamiento de urgencia.
Un año de plazo
En paralelo la presidenta, Dilma Rousseff, se reunió con las principales agrupaciones de jóvenes que protagonizan las marchas. La mandataria les expuso que efectivamente está acometiendo las reformas por la vía rápida, pero que no puede pasar por encima del Congreso.
A este respecto David Fleischer, doctor en ciencia política y profesor de la Universidad de Brasilia aclara "lo único seguro es que los cambios deberán hacerse en muy poco tiempo por los plazos que imponen las próximas elecciones".
"En Brasil hay un artículo de la constitución que dice que cualquier cambio en el sistema electoral debe ser sancionado al menos un año antes de una elección para poder aplicarse. Eso significa que cualquier modificación deberá ser publicada en el boletín oficial antes del 3 de octubre de este año. Si no, las reformas recién se implementarán en los comicios de 2016", concluye Fleischer.
Ayer el estadio Maracaná, que será testigo de la final que jugarán España y Brasil en la Copa Confederaciones, amanecía blindado. Hay programada para el domingo una manifestación que comenzará en la zona de Cinèlandia (centro de Río de Janeiro) y finalizará en el mítico estadio.
Hasta ahora son seis las personas fallecidas en las masivas marchas. La última víctima fue identificada como Igor Oliveira da Silva y murió a consecuencia de las heridas que sufrió al ser atropellado por un camión que intentó desviarse cuando unos manifestantes bloqueaban una carretera que conduce al puerto de Santos, en el litoral de Sao Paulo.
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