Cuba sigue manejando los hilos del chavismo

Tras la muerte de Hugo Chávez, el Gobierno cubano ha seguido manejando los hilos de la política de Caracas, como se pone de manifiesto en la grabación hecha pública por diputados opositores de Venezuela, en la que un comandante de la Dirección Inteligencia cubana, Aramis Palacios, obtiene jugosas declaraciones del periodista Mario Silva, uno los rostros más conocidos del chavismo. Raúl Castro, a través del propio presidente Nicolás Maduro, sigue muy de cerca las decisiones que se toman en Caracas.

Otra llave del castrismo para entrar en la política venezolana es la «cubanización» del aparato militar, un hecho denunciado de forma abierta en 2010 por el entonces general de brigada Antonio Rivero, quien criticó la presencia excesiva de militares y personal de La Habana, declarando que éstos ejercen poder de decisión en el ámbito de la doctrina militar y en cuestiones de armamento, inteligencia, comunicaciones e ingeniería. El pasado mes de febrero, Rivero desveló que en Venezuela están trabajando unos 300 militares procedentes de la isla.

El militar Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y rival de Maduro antes de la muerte de Chávez en la carrera para convertirse en el hombre fuerte del chavismo, es uno de los que salen peor parados en esta grabación. El periodista Teodoro Petkoff, en declaraciones a LA RAZÓN, asegura que Cabello «nunca ha ocultado sus aspiraciones» y que «está obstaculizando la gestión del presidente Maduro», lo que, «a medio plazo conduce a una crisis de gobierno».

Cuba recibe a diario unos 100.000 barriles de petróleo procedentes de Caracas. A cambio, el Estado venezolano cuenta con los servicios de más de 40.000 profesionales cubanos, desde médicos a maestros. Uno de los motivos del creciente descontento entre un amplio sector de los oficiales venezolanos es la influencia de los cubanos en detrimento de los cuadros locales. La diputada opositora venezolana María Corina Machado aseguró a este periódico que los oficiales cubanos deciden incluso qué armas se deben comprar. El ex general Antonio Rivero, perseguido por el Gobierno a raíz de estas declaraciones, asegura que esta situación constituye una violación de la soberanía nacional por parte de las autoridades cubanas.