Terrorismo yihadista
Las "células durmientes", el arma letal de Daesh contra América y Europa
Desconcierto en la banda yihadista, lo que la hace más peligrosa
Desconcierto en la banda yihadista, lo que la hace más peligrosa.
La situación en Daesh, tras la muerte por voluntad propia para no ser capturado, de su “califa” Bagdadi, es de absoluto desconcierto, lo que la hace más peligrosa si cabe, según expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN. Recuerdan que, según todos los indicios, la organización criminal tiene “células durmientes” que no han sido localizadas.
Esta situación se comprueba en las redes sociales a través de las que lanzan sus mensajes. Si ayer reconocían la muerte del cabecilla y anunciaban que su sucesor “será mejor”, hoy ponen en duda el fallecimiento. Y, en el colmo de la fanatización, retan a Estados Unidos a que siga eliminando a sus jefes, ya que ellos continuarán con las actividades criminales.
“¿Crees Estados Unidos que ganarás al matar a uno o más líderes? Es una falsa victoria. ¿Ganaste cuando mataste a Abu Musab o Abu Hamza? ¿O Abu Omar o a Osama? ¿Ganarás si arrasas Chechenia...?”. Y continúan con una serie de nombres, algunos de los cuales se encuentran presos en Guantánamo.
Los responsables de la banda, entre ellos su portavoz y la única palabra autorizada que se escuchaba junto a Bagdadi, Abu Hassan al Mujair (fuentes del SDF kurdo han asegurado que también ha sido abatido en una operación conjunta con los estadounidenses, aunque no hay confirmación oficial), son conscientes de la gravedad del golpe sufrido, ya que el “califa” se había convertido en la referencia obligada para los miembros del Estado Islámico.
Además, ignoran qué documentación ha caído en manos de Estados Unidos y las operaciones que, gracias a esos datos, se pueden desarrollar en los próximos días o semanas. Sin embargo, la postura general, según lo que se puede leer en las citadas redes, es de una huida hacia delante, más verbal que real de momento; y las ansias de venganza por lo que les ha ocurrido.
Los expertos trabajan ya con varios nombres para hacerse cargo de la banda, pero ninguno tiene el predicamento y la proyección interna de Bagdadi. Podrían optar por configurar una especie de “comité ejecutivo”, un “Majis al Shura”, para dirigir la organización criminal hasta que se aclaren las cosas. Topan con los consiguientes problemas de seguridad para celebrar reuniones ante el temor de que en plena sesión vuelva a aparecer, como invitado indeseado, la Delta Force USA u otra unidad similar de los ejércitos occidentales.
La pregunta sin respuesta que se formulan los terroristas es cómo pudieron llegar los servicios secretos norteamericanos, la CIA, hasta el escondite del “califa”. Esa incertidumbre les resta operatividad ante el temor de correr la misma suerte.
De momento, hoy mismo seguían con los atentados en los lugares en que están organizadas las “wilayas” (franquicias), ya que para continuar con los crímenes no necesitan la orden de nadie. Para animar a los combatientes, la provocación a EE UU es uno de los argumentos preferidos:
¿Crees Estados Unidos que nos derrotarás por perder una ciudad o perder una tierra? ¿Sucumbimos cuando perdimos ciudades en Irak y nos reorganizamos en el desierto sin una ciudad y sin tierra? ¿Fuimos derrotados cuando perdimos Mosul, Sirte o Raqa?”.
“No -aseveran- la derrota es la pérdida de voluntad y la voluntad de luchar”. Palabras y más palabras que denotan la incapacidad, de momento, de articular un mensaje concreto para sus combatientes. Lo que no quiere decir que algunos, integrantes de “células durmientes”, decidan pasar a la iniciativa para vengar al “califa” que se suicidó, en un terrible, para ellos, ejercicio de cobardía, similar al que había protagonizado durante los momentos más difíciles de la guerra en Siria.
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