Política

Francia

Di Battista, el "Che Guevara"italiano que ha enfurecido al Elíseo

Así es el líder del Movimiento 5 Estrellas (M5E) y defensor de la protesta francesa

En su nueva colaboración con los "chalecos amarillos", Di Battista ve posibles aliados de cara a las elecciones europeas / Efe
En su nueva colaboración con los "chalecos amarillos", Di Battista ve posibles aliados de cara a las elecciones europeas / Efelarazon

Así es el líder del Movimiento 5 Estrellas (M5E) y defensor de la protesta francesa.

Está claro que un hombre de acción como Alessandro Di Battista (Roma, 1978) no soporta estar parado. Hace poco más de un mes escribió en sus redes sociales que «después de 16.718 kilómetros en autobús por Latinoamérica» volvía a casa. Y lo primero que hizo fue seguir el «road trip». Primero con un viaje a Estrasburgo en coche, junto a Luigi Di Maio, el líder de su partido, para intentar captar socios de cara a las elecciones europeas. Y después, coordinando el ya famoso encuentro en París con los «chalecos amarillos», que ha terminado de provocar la ruptura con Francia. El Movimiento 5 Estrellas (M5E) ha adoptado una nueva estrategia guerrillera y Alessandro Di Battista –«Dibba», como nombre de combate– es su principal ideólogo.

Miembro del partido desde el primer minuto, Di Battista representa el alma rupturista del movimiento. La transmutación de su fundador, Beppe Grillo: 30 años más joven pero con mucho menos ingenio. Hijo de un dirigente de provincias de un partido heredero del fascismo, a Alessandro le salió la vena opuesta. Trabajó en labores humanitarias en Guatemala y el Congo, antes de recorrer América Latina por carretera siguiendo los pasos del «Che» Guevara. Es una de las figuras del M5E que más inciden en su posición postideológica y, más que como un renovador de la izquierda, en el Parlamento italiano destacó en su faceta combativa.

Eran tiempos de oposición, pero cuando el M5E se planteó su asalto al poder, se fue institucionalizando hasta dar con un líder mucho más templado. El elegido fue Luigi Di Maio, el chico bueno de la clase, al que el estatuto del movimiento –que impide ser elegido en más de dos elecciones consecutivas– le frenará su carrera. Di Battista aprovechó el cambio de ritmo para desaparecer otra temporada en América Latina y volver ahora con el contador a cero.

Regresó a finales de año, con el ultraderechista Matteo Salvini arrebatándole el protagonismo en el Gobierno a Di Maio, al que las encuestas hunden. Urgía salir del letargo, retomar la iniciativa y distanciarse de Salvini. De modo que Di Battista, casi tan popular como el líder de la Liga y bastante más atractivo, era el hombre indicado.

Un día después de que 117 migrantes murieran en el mar tras la inacción de los guardacostas libios e italianos, Di Battista se salió por la tangente en televisión acusando a Francia de «colonialismo» a través del franco africano –una moneda que se usa en 14 países de este continente– y provocar así las migraciones. El discurso llevaba el sello inequívoco de «Dibba», al que además las pantallas quieren.

Fue entonces cuando Francia convocó a la embajadora italiana en París como primera advertencia. Pero el joven líder del movimiento no ha cesado en sus ataques, a los que después se suma Di Maio. En su nueva colaboración con los «chalecos amarillos», Di Battista no sólo ve posibles aliados de cara a las europeas, sino un humus similar al que representó el nacimiento de los 5 Estrellas.

En una entrevista afirmó que decidió entrar en política porque estaba harto de que los políticos le robaran. Su vuelta a la escena italiana desde Latinoamérica ha despertado muchas expectativas entre los votantes «grillini». Battista asegura que regresó a a su país no solo para defenderse de «las tonterías que dicen de mí», sino para ayudar a su partido a ganar las elecciones europeas. Aún no se sabe si se postulará a estos comicios que se celebrarán en mayo, pero «Dibba» ya tiene todo preparado.