Guerra en Afganistán
Doce muertos al reventar los talibanes una protesta antipaquistaní en Afganistán
Al menos 12 personas murieron hoy en un enfrentamiento en Afganistán entre la policía y talibanes que se infiltraron en una manifestación contra Pakistán, en la última de una serie de protestas en suelo afgano desde un reciente ataque transfronterizo.
El enfrentamiento, que también causó varios heridos, se produjo a media tarde en el distrito de Maiwand, en la provincia meridional afgana de Kandahar, donde cientos de personas se habían congregado para protestar contra el país vecino, según fuentes oficiales.
"Ocho talibanes y cuatro civiles fallecieron", explicó a Efe una fuente del cuartel general de la Policía provincial.
El portavoz del gobernador regional, Javed Faisal, precisó a Efe que decenas de insurgentes se infiltraron entre los manifestantes y abrieron fuego contra las fuerzas de seguridad.
Faisal agregó que las autoridades arrestaron a 30 integristas y acabaron con la vida de otros ocho, al tiempo que se incautaron de una motocicleta cargada con explosivos.
Ningún miembro de las fuerzas del orden resultó herido en el enfrentamiento, de acuerdo con esta versión.
Las fuentes consultadas por Efe aseguraron que la manifestación, igual que otras llevadas a cabo en otros puntos del país durante los último días, había sido convocada para protestar contra Pakistán.
La agencia local AIP citó, sin embargo, una fuente policial y un testigo que indicaron que en la manifestación se gritaron también proclamas contra las fuerzas de la OTAN y afganas, algo que podría ser atribuible a los infiltrados talibanes.
Las protestas son casi diarias en Afganistán desde que el pasado 1 de mayo se registró un enfrentamiento entre fuerzas afganas y paquistaníes en la convulsa frontera que separa a ambos países.
Ese choque, en el que murió un policía fronterizo afgano y dos paquistaníes resultaron heridos, tuvo su origen en la polémica construcción de un puesto por parte de Pakistán en una zona que Kabul considera el distrito de Goshta de su provincia oriental de Nangarhar, que limita con la región tribal paquistaní de Mohmand.
Las fuerzas de ambos países protagonizaron otro enfrentamiento el lunes en el mismo lugar que causó heridas a cinco miembros de la policía de fronteras de Pakistán, según Islamabad, que ayer llamó a consultas al embajador afgano en funciones por el incidente.
El Gobierno paquistaní tachó la acción de "fuego no provocado"y, tras asegurar que las fuerzas paquistaníes "ejercieron una contención máxima", advirtió a Kabul de que será su "responsabilidad"si se produce "una mayor escalada".
Los choques recientes que alimentan las protestas son el último episodio de tensión fronteriza entre dos vecinos que se acusan mutuamente y con frecuencia de lanzar proyectiles y otros ataques contra el territorio del otro.
Las manifestaciones antipaquistaníes han congregado a cientos de personas en diversos puntos como la capital, el pasado lunes; la provincia central de Parwán, ayer; o Kandahar, donde hoy hubo movilización por segundo día consecutivo.
Una fuente oficial dijo a Efe que en Parwán los manifestantes han pedido al presidente afgano, Hamid Karzai, que "registre sus nombres para luchar contra Pakistán junto a las fuerzas afganas".
"Nuestro pueblo está preparado para luchar, ya luchó contra las fuerzas rojas y negras", aseguró por su parte el gobernador de esa región, Basir Salangi, citado por el canal privado Tolo.
Pakistán y Afganistán comparten una frágil y porosa frontera de unos 2.600 kilómetros, conocida como línea de Durand, que fue fijada a finales del siglo XIX por el Imperio Británico.
Miles de personas cruzan diariamente esta frontera, cuyo control es complicado, debido en parte a su orografía montañosa y también a que sirve de refugio a un amplio abanico de grupos insurgentes y facciones talibanes.
La línea de Durand esparció entre Afganistán y Pakistán a la etnia pastún, mayoritaria entre las filas de los talibanes, y es todavía hoy objeto de grandes controversias.
Kabul no reconoce la demarcación y, de hecho, el presidente Karzai recordó la semana pasada que fue "impuesta"y subrayó que Afganistán "nunca la aceptará".
Más allá de la disputa fronteriza, el Gobierno afgano acusa al aparato de seguridad paquistaní de ofrecer apoyo encubierto a algunas facciones talibanes y grupos insurgentes que operan en su territorio.
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