Política

Ataque contra «Charlie Hebdo»

Dos hermanos nacidos en París y un joven, entrenados en Siria

Dos de los autores de la masacre
Dos de los autores de la masacrelarazon

Los autores del ataque perpetrado en París podrían pertenecer a una célula dependiente del Estado Islámico, cuyo máximo cabecilla es Abu Barrk el Badadi, según fuentes antiterroristas.

El fiscal de París, François Molins, aclaró que los autores materiales del ataque fueron dos, si bien posteriormente un testigo aseguró haber visto a tres hombres abandonar el coche en el que se habían dado a la fuga.

Según la prensa gala, los tres han sido identificados. La web del diario «Metronews» explica que se trata de los hermanos Said y Chérif Kouachi, nacidos en París en 1980 y 1982 y de origen argelino, y de Hamyd M, un «sin techo» nacido en 1996 cuya nacionalidad se desconoce. Este último estaba inscrito el año pasado en un instituto de secundaria en Reims (norte de Francia), según estas informaciones, que no han sido confirmadas oficialmente. Chérif K. fue juzgado en 2005 por formar parte de una célula de envío de yihadistas a Irak que habría reclutado a una decena de jóvenes para ir a combatir a Irak entre 2003 y 2005. Fue condenado a tres años de prisión, la mitad de ellos exentos de cumplimiento.

Por su parte, el semanario «Le Point» indica que se pudo identificar a los sospechosos por un carné de identidad hallado en el vehículo en el que huyeron y con el que colisionaron contra otro coche en el noreste de París.

Todos ellos habrían estado combatiendo en las filas del Estado Islámico y volvieron a Francia el pasado verano.

Al cierre de esta edición, un dispositivo formado por una cincuentena de furgonetas y vehículos policiales se hallaba desplegado en Reims, unos 130 kilómetros al noreste de París, según mostraban imágenes de las televisiones francesas, si bien no había confirmación oficial sobre el objetivo de la operación.

La acción criminal habría sido preparada cuidadosamente, como demuestran detalles del desarrollo de la masacre: entre las personas asesinadas estaban cuatro de los dibujantes, entre ellos el director, más famosos de la revista satírica gala y los pistoleros gritaban los nombres de miembros destacados del medio periodístico; la forma de llegar y huir del lugar, con cambios de automóvil incluidos (según un testigo, tres personas a bordo de un Citröen negro en el que escaparon chocaron con otro vehículo. Tras ello, robaron un Clio gris –que figura en la lista Schengen de vehículos robados– y siguieron su huida); los terroristas hablaban perfectamente francés, lo que demostraría que o han nacido en el vecino país o llevan el tiempo necesario para lograr aprender la lengua y pasar inadvertidos; se trata de buenos tiradores, como demuestra la concentración de disparos en el cristal delantero del coche de la Policía, y que llevaran un lanzagranadas del tipo RPG, por si se presentaba alguna situación que hiciera necesario su uso.

Las células yihadistas, sobre las que escribió un manual de instrucciones el ideólogo radical hispano-sirio Mustafá Setmarian, alias Abu Musad Al Shuri, se han demostrado como un arma letal de la banda terrorista. Sus miembros, que suelen de ser de la misma nacionalidad del país al que son enviados para permanecer escondidos, se integran como unos ciudadanos más.

Sin destacar ni hacer nada que pueda levantar sospechas, esperan las órdenes de sus jefesmpara intervenir. Por lo que respecta a las armas (fusiles de asalto y un lanzagranadas RPG), permanecen escondidas en un lugar convenido, donde son recogidas poco antes de perpetrar la acción criminal.

El manual de Setmarian indicaba que estas células deben «golpear donde quiera que lastimas más al enemigo e imponer sobre él las mayores pérdidas» y «donde quiera que despierta más musulmanes para que se sumen a la yihad».

El atentado de ayer responde a las consignas, ya que, según indicaron sus autores en el mismo lugar del crimen, se trataba de vengar las «ofensas al profeta» que, según ellos, habría cometido la revista.

Muchos musulmanes no habrán ocultado su satisfacción por el «castigo a los infieles».

El hecho de que el ataque no conllevara el suicidio de sus autores confiere una especial peligrosidad a los miembros de la célula que, una vez «despertados de su letargo», tendrán planificados más atentados. Se trata de un caso similar al de los autores de las matanzas del 11-M en Madrid. Tras hacer explotar bombas en varios trenes de cercanías intentaron descarrilar un AVE.