Sexo

EE UU reabre el debate sobre el matrimonio gay

El Tribunal Supremo analiza dos casos sobre los derechos de los homosexuales. La mayoría de los jueces cuestiona la actual legislación por discriminatoria

Defensores del matrimonio tradicional se manifestaron en Washington
Defensores del matrimonio tradicional se manifestaron en Washingtonlarazon

Al término de la exposición de los argumentos de su caso ante el Tribunal Supremo de EE UU, Edith Windsor explicó ayer con una sonrisa que «el mundo ha cambiado». «Ha sido fantástico. Los jueces han sido amables. Han hecho las preguntas correctas, pero no he tenido la sensación de ninguna hostilidad», reconoció Widsor, cuya demanda ha reavivado esta semana el debate sobre los derechos legales de las parejas del mismo sexo. Los miembros del Supremo analizaron ayer la constitucionalidad de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA, en sus siglas en inglés), aprobada por la Administración Clinton en 1996. La norma impide que muchas parejas de gays y lesbianas puedan disfrutar de los mismos derechos civiles y legales que los heterosexuales, al considerar el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Ayer, los comentarios del juez «indeciso» Anthony M. Kennedy, que se unió a los cuatro miembros liberales del Tribunal en sus preguntas, hicieron pensar que el Supremo podría fallar en junio a favor de las aspiraciones de gays y lesbianas.

La Corte escuchará los argumentos de dos casos. El primero es Hollingsworth contra Perry, presentado por dos abogados, Theodore Olson y David Boies, enfrentados en 2000 por la disputa entre Bush y Gore, que decidió el resultado de las presidenciales a favor del republicano. Estos dos famosos abogados representan ahora a dos parejas de lesbianas y homosexuales, Kristin Perry y Sandra Stier y Jeffrey Zarrillo y Paul Katami. Sus clientes esperan convencer al Supremo de que anule la famosa Proposición 8, la ley de California aprobada por sus votantes en 2008 y contraria al fallo del Suprema de ese Estado que legalizaba el matrimonios entre personas del mismo sexo.

En el segundo caso, el de EE UU contra Windsor, se desafía la DOMA. En virtud de esta normativa, el matrimonio entre parejas del mismo sexo reconocidos por ciertos Estados no son aceptados por el Gobierno federal. Esto se traduce en que las parejas no pueden, por ejemplo, acogerse a ciertos programas del sistema de Seguridad Social en caso de que uno de los dos muera. Edith Windsor, que se casó con su mujer en Canadá en 2007 y convivió más de 43 años con ella, tuvo que pagar 363.000 dólares en impuestos al heredar la casa de su esposa. Widsor ha interpuesto la demanda porque se siente discriminada, ya que no hubiese tenido que pagar un sólo dólar de haber estado casada con un hombre.

El presidente Barack Obama pidió ayer al tribunal que dé un paso adelante. «Creo que sí es hora de que los jueces examinen este asunto», dijo en una entrevista a Telemundo. «Creo, ciertamente, que [respecto a] los Estados que han tomado una decisión de reconocer a estas parejas como casadas, el Gobierno federal tiene que respetar esa decisión. Y mi esperanza es que el tribunal aborde esos temas, y que acabemos viviendo en un mundo donde todos son tratados de forma justa», agregó Obama.

Aun así, habrá que esperar a junio para escuchar la decisión del alto tribunal. La prohibición del matrimonio gay podría afectar sólo a California, pero el segundo casos podría cambiar la legislación nacional. De ahí su trascendencia. A juzgar por los comentarios en contra de los jueces sobre derogar la Proposición 8, el fotógrafo neoyorquino Lewis Fontaine indicó que «tiene bastante mala pinta». «Estaba absolutamente convencido de que no había vuelta atrás por un motivo fundamental: estamos hablando de derechos humanos, derechos civiles. Negar a gays y lesbianas el derecho a casarse con la persona a la que aman es un error», indicó. «Se nos niegan una serie de protecciones legales y ventajas económicas. Como por ejemplo, si a tu marido le pasa algo y vas al hospital, nadie te dice nada. Pero, si yo voy al hospital, aunque lleve 17 años con mi compañero, pueden no admitirme», añadió recordando la experiencia de amigos que no han podido visitar a su pareja.

La oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo se debe, a su juicio, a «la ignorancia o la falta de educación». «Se creen que por el hecho de que dos personas del mismo sexo se vayan a casar se va a hundir el país. Están confundiendo los ritos religiosos con los ritos civiles», insistió. Con todo, Fontaine admite que este caso está politizado. Al mismo tiempo, resalta que el matrimonio entre homosexuales se acepta de forma general entre los estadounidenses menores de 30 años. Por ello, considera que «es cuestión de tiempo.

Perfil

Pendientes de Anthony Kennedy

El juez Anthony Kennedy, que no tiene relación con la familia del famoso mandatario norteamericano John F. Kennedy, llegó al Tribunal Supremo de la mano del presidente republicano Ronald Reagan, sustituyendo en el puesto a la famosa Sandra Day O'Connor. Kennedy se ha convertido en un «comodín» al poder votar indistintamente a favor de los conservadores o de los liberales en las decisiones del alto tribunal. Por ello, su papel será fundamental a la hora de determinar la constitucionalidad de la ley en defensa del matrimonio homosexual, que tan encendido debate suscita en Estados Unidos.