El arma de la propaganda

- El envío del convoy humanitario no está ayudando a rebajar la tensión en el este de Ucrania. ¿Podrán Lugansk y Donetsk ser estables?

–Por supuesto que podrán. El convoy humanitario se ha retrasado porque la Cruz Roja no ha podido lograr el requisito de garantizar la seguridad de todas las partes. Sospecho que el problema reside en conseguir la garantía de los propios rebeldes –no es fácil saber quién está al mando ahora (tras la salida de Strelkov y otros) y llevará tiempo que se ganen su confianza–. Esto es vital, pues son ellos los que controlan el terreno y las áreas más problemáticas. No se debe olvidar que Ucrania también está enviando convoyes y les será más fácil –al menos a sus áreas donde tienen el control–. El efecto de retrasar el convoy significa que ha estado en el foco de los medios, generando mucha especulación. Esto es todo positivo para Moscú, mientras refuerza la imagen rusa como una especie de pacificador con meras intenciones humanitarias, lo que puede ayudar al bando ruso a ganar más espacio de maniobra en cualquier eventual conversación de paz.

- Algunos expertos dijeron hace meses que cuando las fuerzas de Kiev llegaran a los bastiones rebeldes, Moscú intervendría militarmente. ¿Es lo que está ocurriendo o está Rusia siendo más cauta?

–Depende de lo que signifique «intervenir militarmente». Si aceptas que Rusia ya ha enviado armamento a través de la frontera, entonces ya ha intervenido. Me sorprendería si interviniera en abierto, públicamente –por ejemplo, en una intervención a gran escala–, pues su objetivo es desestabilizar Ucrania. Moscú puede y lo está logrando a través de los rebeldes y de propósitos económicos. Una invasión a gran escala tampoco sería buena para la imagen pública de Moscú y no parece que Rusia tenga apetito como para una guerra, a pesar de que la popularidad de Putin esté por las nubes.

*Experta en las relaciones entre la UE y Rusia y coordinadora en el ECFR. Preguntas de Esther S. Sieteiglesias