«El Chapo», a punto de volverse «loco» y «calvo» en la cárcel

El líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín 'El Chapo' Guzmán, está a punto de volverse «loco» y «calvo» debido a la estrecha vigilancia a la que está sometido en prisión, según ha alertado este jueves su abogado, José Refugio.

El líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín 'El Chapo' Guzmán, está a punto de volverse "loco"y "calvo"debido a la estrecha vigilancia a la que está sometido en prisión, según ha alertado este jueves su abogado, José Refugio.

Refugio ha denunciado que su cliente sufre una "tormenta psicológica". "Me siento muy mal, ya un doctor pasó y me dijo que lo que tengo es angustia", ha dicho, citado por su abogado en una entrevista concedida a Radio Fórmula.

El letrado ha puesto como ejemplo que "tres policías le vigilan a una distancia de menos de un metro durante todo el día" y apuntan "todo lo que hace". "Preferiría que la tortura fuera a golpes, el dolor pasa y se me quita, pero esto me está matando lentamente", ha lamentado 'El Chapo'.

Refugio ha asegurado que las consecuencias de estas condiciones de encarcelamiento ya son "evidentes"en el capo de la droga. "Algo que es inminente es que se está quedando sin pelo en la parte superior de la cabeza", ha revelado. "Me van a volver loco", ha afirmado 'El Chapo'.

El comisario de cárceles federales, Eduardo Guerrero, ha negado estas acusaciones. "No se le está torturando", ha afirmado. "Si él se siente así es porque no está en un SPA, sino en una prisión", ha subrayado, según informa el diario mexicano 'Milenio'.

Refugio ya había denunciado en los últimos meses la frágil salud del narcotraficante mexicano a causa de las condiciones de reclusión. Entonces, acusó a las fuerzas de seguridad de someterle a privación de sueño.

'El Chapo' fue capturado el pasado 8 de enero tras fugarse el 12 de julio de 2015 de una cárcel de máxima seguridad --el Altiplano-- en la que fue recluido tras su primera detención, el 22 de febrero de 2014, después de pasar 13 años prófugo.

Era el criminal más buscado del mundo --cargo al que 'ascendió' tras la muerte de Usama bin Laden-- y Chicago le consideraba el "enemigo público número uno", como a Al Capone. Estados Unidos ofrecía hasta cinco millones de dólares por su captura.

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