Portugal
Portugal apuesta por el diálogo y elige presidente conservador
Rebelo de Sousa se impone en la primera vuelta de las presidenciales con un discurso conciliador para unir al país.
Rebelo de Sousa se impone en la primera vuelta de las presidenciales con un discurso conciliador para unir al país.
En unos comicios marcados por una elevada abstención, el jurista y comentarista político Marcelo Rebelo de Sousa ganó ayer las elecciones presidenciales de Portugal en la primera vuelta, con el 52,08%, escrutado el 99% de los votos. El ex rector de la Universidad de Lisboa y candidato independiente Antonio Sampaio da Nóvoa quedó en segundo lugar, con el 27,5%, mientras que la ex ministra socialista María de Belem quedó en cuarto (4,26%). La sorpresa de la noche fue la de Marisa Matias, ex eurodiputada del Bloque de Izquierda, que inesperadamente consiguió hacerse con el tercer puesto (10,14%).
El porcentaje de abstención de estos comicios fue del 51,5%, el segundo más alto de la historia democrática de Portugal y el más elevado para unos comicios presidenciales en los que ninguno de los candidatos competía por la reelección. Sólo fue peor en 2011, cuando Aníbal Cavaco Silva aspiraba a un segundo mandato y un 53,5% de los electores decidió no acudir a las urnas. Cuando Cavaco Silva concurrió a las presidenciales en 2006, fue un 38,5% el que se quedó en casa.
El elevado porcentaje de abstención señala el considerable desgaste de la población tras un año especialmente complicado para los portugueses a nivel político, durante el cual vivieron una larga precampaña electoral antes de las legislativas de octubre –en las que ninguno de los partidos consiguió una clara mayoría parlamentaria– y las largas negociaciones que culminaron en la toma de posesión del «premier» socialista, Antonio Costa. La elección de Rebelo de Sousa implica que los portugueses han decidido mantener a un conservador en el Palacio de Belém como contrapoder frente a la alianza de izquierdas que sostiene al Ejecutivo minoritario de Costa.
El «profesor Marcelo» –como es conocido popularmente por su reconocido prestigio al ser catedrático de Derecho de la Universidad de Lisboa– es una de las figuras más conocidas de Portugal, ya que a lo largo de los últimos quince años ha sido comentarista político en las principales cadenas de televisión del país. Durante la última década y media, ha opinado sobre la actualidad en un espacio especial del informativo del domingo. La autonomía que demostró en sus comparaciones –en las que frecuentemente criticaba al Gobierno de Pedro Passos Coelho, primer ministro de su propio partido– pueden haber sido decisivas en su campaña para conseguir los votos de una mayoría de los portugueses y, en particular, los votantes de la izquierda.
Rodeado por simpatizantes en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa, Rebelo de Sousa celebró la victoria, apelando al espíritu de unión de los lusos y pidiendo que todos trabajaran para «seguir adelante con nuestra historia, honrando nuestra memoria, y construyendo un futuro común». El nuevo presidente consiguió la mayoría de los votos entre diez candidatos en una campaña que, por primera vez se ha centrado en los perfiles personales de los aspirantes en vez de sobre temas nacionales. La campaña de Rebelo de Sousa se basó en la idea de su autonomía y su proximidad al pueblo. En un guiño a los electores del interior, anunció su candidatura desde la aldea de Celórico de Basto, en Braga, donde nacieron sus abuelos. Pese a haber fundado el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), hizo campaña como candidato independiente.
Ante la frágil estabilidad del actual Gobierno, Rebelo de Sousa ha prometido actuar como un negociador justo para crear las condiciones de gobernabilidad que permitan que el primer ministro cumpla con su mandato de cuatro años al frente del Ejecutivo, y se compromete a luchar para «unir un pueblo dividido por la crisis y la polarización política». Los analistas políticos indican que el «profesor Marcelo» podría tener más motivación que la buena praxis política para favorecer al Ejecutivo. Su mala relación con el ex primer ministro Passos Coelho es un secreto a voces, y muchos consideran que el nuevo Jefe de Estado hará todo lo posible para evitar que el actual líder del partido que fundó vuelva al poder.
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