Estado Islámico
El EI ofrece «recompensas» por asesinar a cristianos
La propaganda de los islamistas en su revista «Dabiq»
Los terroristas del Estado Islámico vuelven a dejar claros sus objetivos tras el asesinato por decapitación de 21 cristianos coptos: «El Estado Islámico infunde terror directamente en el corazón de los coptos tras golpear el terror en los corazones de sus aliados católicos». Para esta cuadrilla de fanáticos, que actúa a las órdenes de Abu Bakr al Bagdadi –el que se ha autoproclamado califa Ibrahim–, semejantes atrocidades tienen su premio. «Es importante para los musulmanes de todo el mundo saber que no hay duda en la gran recompensa que se encuentran en el Día del Juicio para los que derraman la sangre de estos cruzados coptos donde quiera que se encuentren», asegura. Da igual las razones, basadas en supuestas venganzas, con las que tratan de justificar en su revista «Dabiq» un comportamiento tan inhumano, ya que, según expertos antiterroristas, responden al principio de la eliminación física del enemigo y del infiel. Pretenden erigirse en una pueblo elegido por su dios y en función de ello hacer lo que se les ocurra para extender el terror por el mundo.
La acción criminal que Daesh (por las iniciales en árabe del Estado Islámico) justifica en «la preservación de la moral» se pudo realizar, según los terroristas, gracias a que Alá (Altísimo) otorgó al Estado Islámico la expansión a Libia, el Sinaí y a otros lugares, que le permiten acceder fácilmente a los «cruzados coptos». Detrás de las escenificaciones del terror se encuentran, según las citadas fuentes, los escasos avances «militares» que los milicianos del Estado Islámico han logrado tras su guerra relámpago del pasado año. No hay que olvidar que el objetivo de estos terroristas es lograr un califato mundial, en el que estaría incluida España y parte de Francia, dentro de Europa. Las posibilidades de lograr esos objetivos, pese a los atentados puntuales por «células durmientes» o «lobos solitarios», parecen un fin inalcanzable.
Muchos de los extranjeros o nacionales de Siria e Irak que se sumaron a las filas del Estado islámico estaban convencidos de que lo del califato iba a ser un paseo triunfal y ahora se han dado cuenta de que no va a ser así. La mejor manera de mantener «prietas las filas» y evitar deserciones es imponer el terror por el terror.
✕
Accede a tu cuenta para comentar