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El Ejército urge a Yanukovich a resolver la crisis
Hallan a las afueras de Kiev con signos de tortura al líder del «Automaidan»
Tirado en un descampado a las afueras de Kiev y con síntomas de haber sido crucificado. Así encontraron a Dimitri Bulatov, líder del movimiento antigubernamental «Automaidan». Llevaba secuestrado ocho días. Su círculo más cercano asegura que está consciente recuperándose de la cirugía a la que fue sometido ayer. Ni 24 horas han tardado las autoridades ucranianas en emitir una orden de búsqueda y captura sobre el activista por «disturbios masivos». El Ejército ucraniano, consciente de la posibilidad de que el conflicto derive en una guerra civil, pidió ayer al presidente, Viktor Yanukovich, medidas urgentes para restablecer la integridad territorial del país.
Con la cara ensangrentada, cortes en las orejas y heridas en las manos se mostraba Dimitri Bulatov, activista, de 35 años. Sus captores le abandonaron a su suerte en el mismo sitio donde se encontró hace diez días el cadáver de otro activista,Yury Verbitsky, con signos de tortura. «Me crucificaron, me hicieron cortes en las orejas y la cara.Tengo heridas por todo el cuerpo pero, gracias a Dios estoy vivo», declaró el activista opositor y miembro del conocido «Automaidan». Según fuentes del círculo más cercano al opositor Bulatov, se despertó y, medio moribundo, consiguió llegar a una casa cercana de la zona. A partir de ahí su paradero es confidencial, entre otras cosas porque el Ministerio del Interior no tardó ni 24 horas en ordenar su arresto. Un diputado del partido Patria, Mikola Kniazhitski, denunciaba ayer que seis agentes de Policía irrumpieron el hospital de Bulatov para intentar detenerlo. Le acusan de organizar «disturbios masivos» junto a otros dos compañeros.
Captores con acento ruso
Aunque se desconoce la identidad de sus captores, el propio Bulatov ha confesado que éstos hablaban con acento ruso. Las leyes represivas aprobadas en el Parlamento ucraniano el pasado 16 de enero prohibían las caravanas con más de cinco coches. El grupo al que pertenecía Bulatov, «Automaidan», se dedicaba precisamente a formar caravanas por toda la ciudad y ayudar a los activistas en peligro. Incluso ofrecen ayuda legal a los detenidos en las manifestaciones. Una de las mayores protestas organizadas por este grupo de conductores, con más de 2.000 vehículos, fue en la casa de campo del presidente Viktor Yanukovich a las afueras de Kiev el pasado 29 de diciembre, cuando Maidan era todavía una protesta pacífica. La noticia de Bulatov ha vuelto a revolucionar Maidan. Ni el presidente ucraniano ni la oposición están dispuestos a ceder para solucionar la crisis que se desató hace dos meses. Además, el Ejército ucraniano, alarmado por la integridad territorial del país, pidió celeridad en la salida del conflicto. Las leyes no contemplan utilizar el Ejército en conflictos sociales, salvo si se declara el estado de excepción, que daría margen a Yanukovich para maniobrar, a pesar de que el lunes pasado, el titular de Defensa ucraniano, Pavel Lebedev, descartó la intervención militar para resolver el conflicto. La semana pasada, el líder del partido opositor Batkivshina, Arseni Yatseniuk, confesó que las unidades militares habían recibido una carta oficial del presidente Yanukovich en la que se subrayaba la necesidad de restablecer el orden constitucional.
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