Terrorismo yihadista

El factor kurdo amenaza a Erdogan

Sangrienta campaña contra el PKK desde el verano

La Razón
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La campaña de bombardeos turcos en Siria e Irak este verano no sólo tuvo como blanco posiciones del Estado Islámico, sino también las bases del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Irak y los milicianos kurdos de las Unidades de Protección Popular (YPG) en Siria. Estos ataques demostraron que Turquía solamente aceptó involucrarse en la campaña de lucha contra EI para poder atacar a quienes considera sus principales enemigos, los separatistas kurdos. Ankara también ha aprovechado su ofensiva contra el EI para intensificar su política anti kurda dentro del país. La acción militar de Ankara en Siria e Irak llevó a una escalada de violencia en el sureste kurdo de Turquía. La campaña de bombardeos ha reactivado el conflicto kurdo en toda su magnitud, llevando al tercio suroriental del país a un clima bélico sin precedentes y haciendo surgir, incluso, los primeros brotes de guerra civil.

Según Ankara, unos 400 guerrilleros del PKK han muerto en las operaciones militares llevadas a cabo durante el verano en Irak y Siria. Sin embargo, el grupo separatista kurdo asegura que sus bajas militares no ascienden a más de 200 combatientes. El presidente Erdogan tenía la esperanza de que, con esta ofensiva, el PKK quedaría militar y políticamente debilitado al responsabilizar de la escalada de violencia al HDP, considerado su brazo político, que, al perder apoyo popular, quedaría fuera del Parlamento en las elecciones anticipadas del primero de noviembre. Así, el gubernamental AKP recuperaría la mayoría necesaria para modificar la Constitución e instaurar un régimen presidencialista.