Siria

El futuro de Siria se juega en Alepo

La enquistada batalla entre el régimen de Asad y los rebeldes por esta estratégica ciudad ha congelado el avance hacia Raqa, bastión del EI

Una imagen de Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria y otrora capital económica del país árabe
Una imagen de Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria y otrora capital económica del país árabelarazon

La enquistada batalla entre el régimen de Asad y los rebeldes por esta estratégica ciudad ha congelado el avance hacia Raqa, bastión del EI

La batalla por Alepo sellará el destino político y militar de Siria. Recuperar el control del territorio perdido en la segunda ciudad más importante de Siria será decisivo para Bachar al Asad de cara a los nuevos diálogos de paz. En el terreno militar, una victoria de las fuerzas gubernamentales en la otrora capital económica siria sería un golpe mortal a los rebeldes, que perderían su principal bastión y ruta vital para el abastecimiento desde el exterior. Desde finales de julio, Alepo es escenario de feroces combates entre las fuerzas sirias, respaldadas por sus aliados regionales (Hizbulá e Irán) y la aviación rusa, y el Ejército de la Conquista, una coalición que agrupa a una veintena de facciones islamistas, que trata de romper el cerco del Ejército impuesto a sus posiciones en el sur y oeste de la urbe.

Según el último balance de víctimas del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, desde el 31 de julio han fallecido 468 civiles, entre ellos 97 menores de edad y 57 mujeres. El régimen ha perdido a 47 militares, mientras que en las filas rebeldes han caído 61 milicianos, sólo en la última semana, según el OSDH. «Lo que más le interesa a Damasco es unificar el territorio para recuperar su hegemonía en el país y su verdadera batalla se está librando en Alepo», explica a LA RAZÓN el general retirado Nizar Abdelkader. «Las tropas gubernamentales están desplegando su máximo esfuerzo para ganar la batalla, pues es de extrema importancia estratégica, dada su ubicación geográfica y económica», continúa el analista libanés.

«Alepo siempre ha sido uno de los premios más codiciados. Para Damasco fue una vergüenza perder el control parcial de la ciudad en julio de 2012. Pero con el apoyo de aviones de combate rusos, las fuerzas iraníes e Hizbulá, las fuerzas de Asad ahora podrían estar en condiciones de recuperar la totalidad de la ciudad y los alrededores», insiste el experto militar.

Las ganancias militares obtenidas por las fuerzas progubernamentales «habrían debilitado seriamente» al conjunto de las fuerzas rebeldes en Alepo, que incluyen a grupos radicales como el ex afiliado Frente Al Nusra, ahora conocido como el Frente de la Conquista, y Ahrar Al Sham, asícomo a rebeldes moderados entrenados por Estados Unidos y apoyados por Turquía», asegura Abdelkader. En esta batalla definitiva, ambos bandos se juegan el todo por el todo. Los grupos islamistas han traído miles de refuerzos desde los confines de la provincia de Idlib, el único feudo que aún mantienen, mientras las fuerzas progubernamentales y sus aliados regionales se pertrechan para mantener su posición aventajada. El papel de Moscú está cada vez más definido con el apoyo incondicional al régimen sirio. «Si Asad puede asegurar Alepo, Irán y Rusia habrán restaurado con éxito su control sobre el país para todos los efectos», apunta el analista militar libanés.

La aviación rusa reanudó esta semana su voraz campaña de bombardeos aéreos, pero esta vez desde un aeródromo iraní. La nueva alianza ruso-iraní ha pillado por sorpresa a EE UU y a sus aliados, que desconfían de las intenciones de Moscú. Rusia está jugando a dos bandas en el terreno diplomático. Hace unos días el Gobierno ruso mostró su disposición a instaurar un alto el fuego semanal de 48 horas en los castigados barrios de Alepo para permitir la entrada de ayuda humanitaria, a petición de la ONU. Sin embargo, el hecho de que Moscú haya ampliado en estos momentos sus operaciones en Siria con poderosos bombarderos, que al no poder operar desde su base en Latakia (este de Siria) han despegado desde la base iraní de Hamedan, demuestra que los rusos están poniendo todos los medios para que Asad gane la batalla, sin tener en cuenta las consecuencias en la población. Como siempre, los civiles son los que salen peor parados. Dos millones están atrapados en Alepo, la segunda ciudad más devastada de Siria tras Homs.

La situación es especialmente dramática en el este de Alepo, en manos de los rebeldes. «Ya no hay vida normal en la ciudad. Las calles están vacías al igual que los mercados. La gente tiene miedo de los ataques aéreos, así que nadie se atreve a salir», explica a LA RAZÓN Abed, un activista que trabaja en una radio local. En la mayoría de los barrios orientales, en manos de la oposición, así como también en los del oeste, bajo control del régimen, «hay una gran escasez de agua potable y alimentos. Y sólo hay electricidad gracias a los generadores», advierte el activista. La situación en las clínicas y hospitales también es desastrosa. «Hay una carencia total de medicamentos y material médico», denuncia Abed. De hecho, en todo el Alepo rebelde sólo quedan 35 médicos para atender a 300.000 personas, asediadas diariamente por los bombardeos aéreos.

Situación humanitaria crítica

La pasada semana, la ONU pidió un alto el fuego para permitir la entrada de ayuda humanitaria, que lleva más de un mes sin poder alcanzar los territorios asediados como Alepo. Ayer, Rusia suministró seis toneladas de ayuda humanitaria a un orfanato de la ciudad, que acoge a 500 niños a través de los corredores abiertos conjuntamente por el Ejército sirio y la aviación rusa.