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El golpe del duelo

Maduro se aferra al poder en un país de luto y conmocionado por la pérdida de Chávez. Un diputado oficialista evidencia la división del Gobierno al señalar a Cabello como líder

Cristina Fernandez, Jose Mujica y Evo Morales ante el féretro de Chávez
Cristina Fernandez, Jose Mujica y Evo Morales ante el féretro de Chávezlarazon

Nunca hubo una Constitución con tantas interpretaciones como la venezolana. Primero, y tras la mediación del Tribunal Supremo, permitieron que un Hugo Chávez hospitalizado gobernase sin tomar posesión del cargo; y ahora se pretende que el vicepresidente, Nicolás Maduro, tome las riendas del país al margen de la Constitución.

Nunca hubo una Constitución con tantas interpretaciones como la venezolana. Primero, y tras la mediación del Tribunal Supremo, permitieron que un Hugo Chávez hospitalizado gobernase sin tomar posesión del cargo; y ahora se pretende que el vicepresidente, Nicolás Maduro, tome las riendas del país al margen de la Constitución.

El ministro de Exteriores, Elías Jaua, abrió ayer la caja de los truenos al anunciar que ante la «falta absoluta» del presidente Chávez por su deceso, la presidencia será asumida de manera temporal por el vicepresidente Maduro y que se deberá convocarse a elecciones en 30 días.

El anuncio que hizo Jaua no coincide con lo previsto en el artículo 233 de la Constitución venezolana, que dice expresamente que en el caso de falta absoluta del mandatario, el Gobierno debe ser asumido de manera temporal por el presidente de la Asamblea Nacional, cargo actualmente ejercido por Diosdado Cabello.

Cabello, supuesto enemigo de Maduro por sus aspiraciones a quedarse como heredero de Chávez, no hizo ninguna mención a las palabras de Jaua. Sin embargo, y según pudo saber LA RAZÓN de fuentes del Comando de Carabobo, hay una fuerte lucha interna entre los nacionalistas comandados por Cabello y los moderados, representados por Maduro. En cualquier caso, los celos arrecian dentro del chavismo. Antes de partir para Cuba el 8 de diciembre pasado por la reaparición del cáncer, el jefe de Estado dijo: «De presentarse alguna situación que me inhabilitara para ejercer la presidencia, Maduro no sólo en esa situación debe concluir como manda la Constitución el periodo, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario, que obligará a convocar, como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente». Tras la muerte de Chávez, Cabello, uno sus aliados más cercanos y fugaz mandatario interino tras el golpe de Estado del 2002, debería quedar a cargo del poder en Venezuela hasta que se convoquen a elecciones, aunque todo indica que el mandato por ahora estará en manos de Maduro.

Jaua fue el primer miembro del gabinete en pronunciarse sobre los pasos que se seguirán para sustituir a Chávez en la presidencia venezolana. Momentos antes, el diputado oficialista Fernando Soto Rojas señaló que inicialmente tendría que asumir el poder Cabello, haciendo así más visibles las discrepancias en el partido de Gobierno. «Aquí no hay vacío de poder, la Asamblea Nacional con su presidente Diosdado Cabello debe asumir el mando del Estado y posteriormente iremos sin duda a un proceso electoral», dijo Soto, quien destacó que Maduro será el candidato oficialista.

Cabello es considerado uno de los líderes más poderosos del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela por los vínculos que mantiene con sectores económicos y la importante ascendencia que tiene en el mundo castrense tras haber sido oficial del Ejército. Lo que se vivirá estos días podría ser una prueba inédita para el movimiento creado por Chávez en la polarizada atmósfera política venezolana.

También será un reto para Maduro, quien hizo un llamamiento a la unidad de las heterogéneas corrientes oficialistas –que incluyen desde militares hasta radicales de izquierda–, todas alineadas detrás de la figura de Chávez. En ningún momento Maduro hizo ayer mención al proceso de transición. La muerte de Chávez pone a esta nación de 29 millones de habitantes en la encrucijada –como en los comicios de octubre de 2012– de continuar con su revolución socialista o cambiar de rumbo político. Maduro tendrá la responsabilidad de liderar la transición del chavismo y asegurar su propia supervivencia. Y probablemente deba hacerlo ante el opositor Henrique Capriles.

Entre tanto, diez jefes de Estado anunciaron que acudirán mañana a Caracas al funeral por Chávez, al que podría acudir el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad. Mientras tanto, muchos países de la región se han sumado al luto, entre ellos Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia, Uruguay, República Dominicana, Chile, Dominica, Cuba y Nicaragua. Las condolencias siguieron llegando desde países de otras parte del mundo, como Rusia y Bielorrusia. Por su parte, un oficial del Vaticano dijo que Chávez logró acercar la riqueza a los pobres, mientras que EE UU abogó por unas «relaciones constructivas» con el nuevo Gobierno, si bien no descartó responder a la expulsión de dos de sus agregados militares en la embajada de Caracas.

Se abre por tanto la etapa del chavismo sin Chávez y, tal vez, si la madurez de un pueblo en medio de profundos cambios lo permite se puedan retomar los planes necesarios para apuntar a un mejor horizonte, con esperanzas renovadas y consensos generadores de paz y progreso.

Cabello, en un segundo plano

El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, ofreció ayer una rueda de prensa para expresar sus condolencias por la muerte de Chávez. La lucha soterrada que mantienen los diferentes sectores del chavismo y que sitúan a Cabello como rival del vicepresidente Nicolás Maduro para hacerse con las riendas de la transición quedaron ayer aparcadas. Tras su comparecencia pública, Cabello se colocó en un segundo plano. En el cortejo fúnebre por las calles de Caracas, tampoco estuvo especialmente visible. Todo el protagonismo recayó sobre Maduro y el presidente de Bolivia, Evo Morales. Según defienden algunos comentaristas, Cabello aspira a convertirse en presidente temporal porque la Constitución del país así lo estipula. Según este análisis, esta situación le daría más fuerza para arrebarle el cartel de «delfín» a Maduro, ungido por Chávez como candidato.

La polémica interpretación de la constitución

El artículo 233 de la Constitución venezolana indica que, si se produce la falta absoluta del presidente electo, se procederá «a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los 30 días consecutivos siguientes». Mientras, será el presidente de la Asamblea Nacional –que en la actualidad es Diosdado Cabello– quien asuma la presidencia de la República. El problema es que el Tribunal Supremo de Justicia, el 9 de enero, dio por comenzado el periodo presidencial de Hugo Chávez, a quien permitió no juramentar su cargo por ser un «presidente reelecto y no electo». En este caso, el artículo 233 expone que, si se produce la muerte del presidente durante los dos primeros años de su mandato, se encargará de la presidencia el vicepresidente, en este caso Nicolás Maduro. Si se tiene en cuenta la tan debatida interpretación que hizo el TSJ, Maduro puede pasar a ser el presidente interino en lugar de Cabello. Eso sí, Nicolás Maduro también tiene que convocar elecciones en 30 días, por lo que será el presidente y el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).