Política

Ginebra

El «guerrero» Hollande se queda fuera de juego

El presidente francés, François Hollande, anoche, durante la entrevista televisiva
El presidente francés, François Hollande, anoche, durante la entrevista televisivalarazon

Era el mejor aliado de EE UU, pero François Hollande se ha quedado solo. Aislado en su intención de castigar al régimen sirio con ataques punitivos «selectivos» tras el giro diplomático que Barack Obama daba a la resolución de la crisis siria al aceptar sentarse a negociar con Rusia, aliado de Damasco, un plan para que Bachar al Asad consienta deshacerse de su arsenal químico. Una vez más, el presidente francés, obligado a adaptarse a los avances y reculones de un Obama apenas respaldado por el Congreso, era sorprendido a contrapié. Por eso ayer, el socialista galo trató de hacerse hueco en la partida siria. No para reconocer su soledad en la defensa de una intervención militar, sino para presumir de que la determinación francesa y la presión ejercida junto a EE UU «ha sido lo suficientemente fuerte para convencer a Rusia y Vladimir Putin de tomar una iniciativa que ha permitido alcanzar un acuerdo». Eso sí, sin la presencia gala en las negociaciones a dos bandas ruso-americanas en Ginebra. Hollande se felicitó del plan de desarme sirio. «Es una etapa importante», dijo en una entrevista al canal privado TF1, pero no lo considera una solución. «No es un punto de llegada», afirmó ante una opinión pública mayoritariamente en contra de golpear militarmente el país árabe.

La presentación hoy del informe de los inspectores de la ONU, que previsiblemente confirmará el uso de armas químicas, deberá, a juicio del presidente francés, «tener consecuencias sobre el proceso». De hecho, Francia espera conocer los detalles para fijar una posición.

De momento, la próxima etapa para París es dar forma al proyecto de resolución con el que la pasada semana aspiraba a volver a la primera línea. Dicho borrador tomará como base el acuerdo «y tendrá que traducirlo concretamente», explicó Hollande, que hoy recibe a los responsable de la diplomacia estadounidense y británica, John Kerry y William Hague, para trabajar en la futura resolución. No sólo se trata de detallar cómo y de qué manera se harán las verificaciones e inspecciones del arsenal químico de Asad, sino de incluir la «amenaza bélica» en caso de que Damasco no cumpla sus compromisos. «Hay que integrar la posibilidad de sanción», recalcó Hollande para quien la estrategia de presión franco-estadounidense ha sido eficaz, ya que la amenaza militar ya no vendría individualmente de países, sino del Consejo de Seguridad. «Estamos en una fase en que podemos pensar que hay una salida política y diplomática», aseguró, pero sin renunciar a la opción militar, que «debe permanecer porque si no, no hay coacción».