Elecciones en Estados Unidos
El hispano Marco Rubio, el antídoto contra Hillary
El senador republicano se presenta como el «candidato del futuro» frente al pasado que representa la ex primera dama
El senador republicano se presenta como el «candidato del futuro» frente al pasado que representa la ex primera dama
A primera hora de la mañana, Marco Rubio les había notificado a sus principales donantes en una conferencia telefónica lo que ya sabían: el anuncio oficial de su candidatura a la Casa Blanca. Rubio, senador de Florida de 43 años, les reconoció que «tengo la sensación de que tengo las cualidades únicas para no sólo defender las posturas, sino también para presentar nuestras políticas. El Partido Republicano, por primera vez en muchísimo tiempo, tiene la oportunidad en estas elecciones de ser el partido del futuro. Ayer supimos que un líder del pasado quiere llevarnos de nuevo al ayer, pero me parece que este país siempre ha mirado al mañana», recordó Rubio en clara referencia al anuncio del domingo de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton. Aun así, Clinton le ha robado parte de la atención mediática con la que contaba el conservador para su anuncio.
El domingo, horas después de la declaración oficial de Hillary, el senador de Florida fue el invitado de honor de una cena en casa del presidente de la Asociación de Constructores Latinos, Bernie Navarro, que le presentó como «el próximo presidente de EE UU». Durante su anuncio oficial, Rubio volvió a hacer hincapié en que «en estas elecciones no se trata de qué leyes vamos a aprobar. Es una elección generacional sobre qué país vamos a ser», en referencia a que es una elección entre lo que Estados Unidos tiene y lo que no. «Vivo en un país excepcional donde incluso el hijo de un camarero y una señora de la limpieza puede tener sueños y el mismo futuro de aquellos que han venido de familias con poder y privilegios», recordó en una referencia sin mencionarla a la candidata demócrata y al ex gobernador de Florida Jeb Bush, el contrincante que más teme dentro del Partido Republicano. Horas antes de que el senador de origen cubano haciera oficial su candidatura, la presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, empezó a lanzar los primeros golpes. «Es la continuación. Otro republicano de manual. Marco Rubio ha mimado siempre al votante tradicional republicano durante toda su carrera», indicó la congresista, en una clara crítica para contrarrestar la estrategia de campaña del senador de que representa un cambio dentro del partido conservador.
Ayer, en su primer día como candidato oficial, Rubio puso rumbo a Washington para participar en una audiencia del Senado sobre el acuerdo nuclear con Irán, al que se ha opuesto la mayoría de los políticos republicanos. Esta audiencia supondrá un escenario perfecto para presentar parte de las credenciales del conservador en política exterior. Fue en 2010 cuando ganó las elecciones por el Estado de Florida. Casi de forma inmediata, Rubio se convirtió en uno de los líderes del Partido Republicano. Hijo de inmigrantes cubanos, desde el principio se le consideró dentro de su agrupación como uno de los políticos clave para apelar al voto hispano. De hecho, en 2013 fue elegido para llevar a cabo la «interlocución de respuesta» al discurso del Estado de la Unión del presidente Barack Obama. De aquel momento, lo que más se recuerda es la extraña interrupción que hizo el senador para, en mitad del discurso, beber agua. En cambio, este momento sirvió para presentarle ante los votantes del resto del país.
Hace unos meses contrató los servicios del director de campaña en el Estado de Nuevo Hampshire del ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, candidato presidencial republicano en 2012. Además, se ha asegurado también el apoyo del financiero texano George Seay, que recaudó dinero cuando el gobernador de Texas, Rick Perry, se presentó a las elecciones primarias republicanas también en 2012. De esta forma, el senador Rubio se une a la lista de los políticos republicanos que aspiran a convertirse en el candidato conservador para la carrera por la Casa Blanca en 2016. Tendrá que luchar con el senador de Texas Ted Cruz, también de origen cubano, y el senador de Kentucky Rand Paul, que ya han anunciado de forma oficial sus aspiraciones. A éstos, se une Jeb Bush, que formó en diciembre un «comité exploratorio», paso previo a la tradicional declaración de intenciones presidenciales.
Rubio confiará en sus cualidades oratorias e historia personal de inmigrante para distinguirse del resto de candidatos, ya que algunos de ellos apelarán al mismo grupo de votantes dentro del Partido Republicano. El duelo entre Bush y Rubio ha dividido a muchos votantes conservadores. La gran mayoría ha elegido al hermano del ex presidente George W. Bush al considerarle con más experiencia. Lo cierto es que cuando Jeb Bush, de 62 años, anunció en diciembre su «comité exploratorio», complicó los planes de Rubio a la Casa Blanca. Por ello, ha planeado al detalle su presentación. Si no consigue la nominación oficial del Partido Republicano en las presidenciales de noviembre, esta carrera será un buen entrenamiento de cara a las elecciones de gobernador de 2018 o a las presidenciales de 2020.
Hecho a sí mismo
Muchos republicano consideran que Marco Rubio es aún joven y que debe esperar su turno. Sin embargo, este brillante abogado de 43 años es amigo de los desafíos, sobre todo tras su actuación estelar en la Convención Republicana de 2012 en apoyo de Mitt Romney. Su carrera política comenzó en 1999 cuando se postuló a la Asamblea de Florida, aunque el gran salto lo dio en 2009, al ganar un sillón del Senado. Aunque ha construido su imagen como hombre hecho a sí mismo, de origen humilde y familia de exiliados cubanos, el «Washington Post» aportó pruebas de que su familia salió de Cuba en 1956, y no por la represión castrista. Cercano al Tea Party, apoya la regularización de los inmigrantes.
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