Siria

El niño que soñaba con ser Messi

Ahmad falleció con la camiseta del Barça en un ataque del Ejército sirio

Imagen de la campaña para recordar las muertes de los menores en Siria
Imagen de la campaña para recordar las muertes de los menores en Sirialarazon

Ahmad Ozman se ha convertido en el símbolo de la tragedia de los niños sirios. Ozman, de unos 15 años, falleció el pasado 2 de mayo cuando las tropas del régimen de Bachar al Asad atacaron su pueblo. El pequeño murió con la camiseta de su equipo favorito, el Fútbol Club Barcelona, puesta. La cruel imagen del niño, que yace en el suelo con la camiseta de l Barça ensangrentada, ha dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales. Los activistas sirios han llevado a cabo una iniciativa llamada «tweet4syrianchild» (tuitea por el niño sirio) y piden a los internautas que el día 10 de cada mes escriban mensajes para recordar a los menores sirios que sufren las consecuencias de la guerra y la represión desde hace ya más de dos años. Ozman es un mal llamado «daño colateral» de una ofensiva llevada a cabo por el Ejército sirio en la localidad de Al Baida, en la provincia costera de Tartus, al oeste de Siria. La campaña para recordar que en el conflicto sirio también fallecen civiles y menores a diario pide a los usuarios de redes sociales como Twitter y Facebook «ayuda para difundir este mensaje y aumentar la concienciación para que otros niños como Ahmad, que compartía su gran pasión, puedan tener el futuro que se merecen y, posiblemente, convertirse en un jugador del Barcelona al igual que Messi, como siempre quiso Ahmad». Según la información de los activistas sirios, el joven, que nació en 1998, murió junto a otros miembros de su familia.

Diversas ONG llevan tiempo advirtiendo de los riesgos a los que se exponen los menores de edad en Siria. Según la ONU, en el conflicto han fallecido 80.000 personas y, según cifras de Unicef, los niños son los más vulnerables ante este conflicto. La organización calcula que hay 4 millones de niños que están sufriendo las consecuencias de la guerra y no tienen acceso a servicios básicos como la salud y la educación.

Sin ir más lejos, ayer también se denunció la muerte de otro adolescente de 15 años en Alepo que fue asesinado a latigazos por el Frente Al Nusra. Según los islamistas habría cometido cometido blasfemia. Se llevaron a Mohamed Qataa y el domingo devolvieron su cadáver. Otra consecuencia dramática es el elevado número de refugiados que han huido del país. Según Naciones Unidas asciende ya a 1,6 millones, de los cuales 814.000 son niños. Unicef asegura que «al estrés emocional por la violencia que han sufrido se une la situación de desarraigo y de incertidumbre que produce la huida del hogar».