Elecciones en Estados Unidos

El oleoducto del «accionista» Trump

El presidente electo reactivará el «Dakota Access», un proyecto de 3.800 millones que anuló Obama y en el que participan sus empresas. El magnate tiene intereses en 500 compañías de 18 países.

El oleoducto del «accionista» Trump
El oleoducto del «accionista» Trumplarazon

El presidente electo reactivará el «Dakota Access», un proyecto de 3.800 millones que anuló Obama y en el que participan sus empresas. El magnate tiene intereses en 500 compañías de 18 países.

Donald Trump aún no ha sido investido presidente (habrá que esperar hasta el 20 de enero) y ya se multiplican las voces críticas que apuntan a un posible «impeachment» contra él. ¿El motivo? Conflictos de intereses y la «evidencia» de que utilizará el poder en beneficio propio. De momento son todo especulaciones y, en caso de abrirse este juicio político contra Trump, sólo podría realizarse si se demostrase que ha cometido algún crimen o falta. Los cargos tendrían que ser presentados por la Cámara de Representantes y sería en el Senado donde se llevaría a cabo.

El hecho de que el presidente electo no haya hecho públicas sus cuentas no hace más que aumentar la preocupación sobre los conflictos de intereses del emporio Trump. Sin ser ilegales, sí plantean dudas sobre la conducta excelente que se presupone al inquilino de la Casa Blanca. Trump tiene intereses en 500 empresas en 18 países, que se distribuyen en Latinoamérica, Asia y Oriente Medio. En este momento, lo que más preocupa es la construcción del controvertido oleoducto de petróleo «Dakota Access», cuya inversión asciende a 3.800 millones de dólares y en el que participan dos de sus empresas. Hasta ahora el presidente Barack Obama había frenado el desarrollo de este proyecto, que cruzaría la reserva del río Misuri en Dakota del Norte, por su enorme coste medioambiental en tierras de los Siux, pero Trump prometió en campaña que lo reanudaría. Ahora se sabe que es parte «interesada» en la iniciativa.

Ya en la convención republicana, su hija Ivanka promocionó en su discurso las prendas de vestir de su propia marca. Aunque más alarmante es la reunión que mantuvo el magnate hace días en la Torre Trump con tres empresarios de India que construyen un complejo de lujo para su marca. Su nuevo hotel de Washington también ha sido objeto de críticas después de que celebrase una recepción para diplomáticos extranjeros.

Mientras, continúan los quebraderos de cabeza en su equipo con motivo de la elección del secretario de Estado, que está provocando una guerra interna. Su círculo próximo quiere al ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani. En cambio, el magnate no ha descartado al ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, que contenta al «establishment». Ayer designó a Don McGahn, como consejero de la Casa Blanca y a K.T. McFarland, como consejero de seguridad. Además, su equipo de transición anunció que Trump ha hablado en los últimos días con los dirigentes políticos de Grecia, Hungría, Eslovenia, Suecia y Panamá, y que el primer ministro húngaro, el ultracoservador Viktor Orban, fue invitado a Washington después de que éste dijera que en EE UU le tratan como «una oveja negra». «A mí también», le respondió el presidente electo.