Londres
El oscuro pasado de los captores
El matrimonio sexagenario y de origen asiático acusado de explotación en Londres, estuvo detenido en los 70
Cuando durante toda tu vida no has vivido otra realidad que la de ser sometida a maltrato físico y psicológico mientras realizabas labores domésticas 18 horas al día, cuando estás aterrada y completamente manipulada por dos personas que jamás te han dejado salir a la calle, es complicado traspasar el umbral de la puerta que te lleva a la libertad. Tal y como explicó ayer el comandante Steve Rodhouse, las tres mujeres que durante 30 años fueron tratadas como esclavas en un piso al sur de Londres «tenían el cerebro completamente lavado». La que se encuentra aún más conmocionada es la más joven, de 30 años, quien, según la Policía, no conocía otro mundo e incluso pudo haber nacido en la vivienda de sus captores. En Scotland Yard se celebró ayer una rueda de prensa para ofrecer más datos sobre el que ya se ha bautizado como el caso más extremo de esclavitud doméstica de la historia del país. Tres mujeres –una malasia de 69 años, una irlandesa de 57 y una británica de 30– fueron liberadas el pasado 25 de octubre. Sin embargo, no fue hasta el jueves cuando la Policía pudo arrestar a sus captores, ya que las víctimas estaban «tan traumatizadas» que fue difícil tomarlas declaración. Los sospechosos son un matrimonio de 65 años que es investigado también por supuestos delitos de inmigración. La pareja no es británica sino de origen asiático, aunque llevaba muchos años viviendo en el Reino Unido. De hecho, ya fueron detenidos en la década de los 70, aunque las autoridades no especificaron el motivo para no revelar su identidad. De momento, han sido puestos en libertad bajo fianza hasta enero. Las autoridades han descartado el componente sexual o de tráfico de personas, ya que las tres mujeres no fueron traídas al país por la fuerza. El comandante Rodhouse recalcó que se trataba de un caso «único», «complicado» y «perturbador de control emocional durante muchos años», si bien para sus vecinos el matrimonio parecía una «familia normal». Los agentes tratan de averiguar cuáles fueron las «esposas invisibles» utilizadas por los captores para ejercer «tal nivel de control sobre estas mujeres». Una de ellas sufrió un infarto durante el cautiverio, pero le denegaron asistencia médica. Los detectives puntualizaron ayer que la investigación, en la que trabajan 37 personas, requerirá mucho tiempo. La vivienda de Lambeth donde vivían las esclavas permanece sin ser localizada para evitar el desfile de los curiosos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar