El Cairo
El Parlamento egipcio aprueba la ley electoral antes de enviarla al Constitucional
La Cámara alta del Parlamento egipcio o "Shura"aprobó hoy un nuevo proyecto de ley electoral antes de enviarlo al Tribunal Constitucional, que había pedido introducir cambios en el texto, informó la agencia estatal de noticias Mena.
La Cámara alta del Parlamento egipcio o "Shura"aprobó hoy un nuevo proyecto de ley electoral antes de enviarlo al Tribunal Constitucional, que había pedido introducir cambios en el texto, informó la agencia estatal de noticias Mena.
El presidente de la Cámara alta, Ahmed Fahmi, aseguró que se aprobó "la aplicación de la decisión del Constitucional y el proyecto se trasladará a esa corte para comprobar si las nuevas remodelaciones corresponden a lo pedido".
Según Fahmi, la nueva norma solo incluye cambios en aquellos puntos que motivaron las observaciones del alto tribunal.
La redacción de esa ley ha estado envuelta en polémica, después de que la corte exigiera en varias ocasiones la enmienda de varios artículos para garantizar la igualdad y otros principios constitucionales.
El ministro egipcio de Asuntos Parlamentarios, Hatem Bagato, señaló hoy que la decisión de trasladar el proyecto de ley electoral al Constitucional "refleja la colaboración entre el poder legislativo y el judicial".
Entre las enmiendas introducidas, Bagato apuntó que el Parlamento siguió el dictado del tribunal y volvió a prohibir el uso de consignas o símbolos religiosos, así como la propaganda electoral basada en diferencias por religión, sexo u origen.
También permitió a los militares participar en los procesos electorales a partir de 2020, después de que el Constitucional hubiese insistido en otorgarles ese derecho, de acuerdo a la Constitución aprobada en referéndum en diciembre de 2012.
Además, la supervisión de los comicios correrá a cargo de los jueces dentro y fuera de Egipto, mientras que los medios de comunicación y las asociaciones civiles podrán desarrollar las labores de observación, según el nuevo proyecto de ley.
A principios de marzo, la Comisión Electoral suspendió la convocatoria de los comicios a la Cámara baja del Parlamento, hecha por el presidente egipcio, Mohamed Mursi, después de que un tribunal administrativo lo ordenara al considerar inconstitucional la ley electoral.
El contencioso se originó en un defecto de forma: la Cámara alta del Parlamento sacó adelante la ley electoral sin someterla a la aprobación del Tribunal Constitucional, que ya la había devuelto a los legisladores en febrero para que enmendasen varios artículos.
El presidente de la Cámara alta, Ahmed Fahmi, aseguró que se aprobó "la aplicación de la decisión del Constitucional y el proyecto se trasladará a esa corte para comprobar si las nuevas remodelaciones corresponden a lo pedido".
Según Fahmi, la nueva norma solo incluye cambios en aquellos puntos que motivaron las observaciones del alto tribunal.
La redacción de esa ley ha estado envuelta en polémica, después de que la corte exigiera en varias ocasiones la enmienda de varios artículos para garantizar la igualdad y otros principios constitucionales.
El ministro egipcio de Asuntos Parlamentarios, Hatem Bagato, señaló hoy que la decisión de trasladar el proyecto de ley electoral al Constitucional "refleja la colaboración entre el poder legislativo y el judicial".
Entre las enmiendas introducidas, Bagato apuntó que el Parlamento siguió el dictado del tribunal y volvió a prohibir el uso de consignas o símbolos religiosos, así como la propaganda electoral basada en diferencias por religión, sexo u origen.
También permitió a los militares participar en los procesos electorales a partir de 2020, después de que el Constitucional hubiese insistido en otorgarles ese derecho, de acuerdo a la Constitución aprobada en referéndum en diciembre de 2012.
Además, la supervisión de los comicios correrá a cargo de los jueces dentro y fuera de Egipto, mientras que los medios de comunicación y las asociaciones civiles podrán desarrollar las labores de observación, según el nuevo proyecto de ley.
A principios de marzo, la Comisión Electoral suspendió la convocatoria de los comicios a la Cámara baja del Parlamento, hecha por el presidente egipcio, Mohamed Mursi, después de que un tribunal administrativo lo ordenara al considerar inconstitucional la ley electoral.
El contencioso se originó en un defecto de forma: la Cámara alta del Parlamento sacó adelante la ley electoral sin someterla a la aprobación del Tribunal Constitucional, que ya la había devuelto a los legisladores en febrero para que enmendasen varios artículos.
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