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El Partido Comunista busca un «Estado de Derecho» con características chinas

El Partido Comunista de China (PCCh) comenzó hoy su encuentro más importante del año con el objetivo de debatir y aprobar reformas en el sistema judicial del país que garanticen un “Estado de Derecho” con características chinas, bajo el liderazgo del partido único. Con el habitual secretismo que envuelve estas reuniones, un número indeterminado de líderes comenzaron hoy a debatir en el IV Plenario del PCCh, que en esta ocasión se celebra mientras continúan las protestas prodemocracia en Hong Kong.

Se trata de la primera vez en la Historia de la formación que el “Estado de Derecho” ocupa el centro de las discusiones, una situación “sin precedentes” con la que el PCCh busca dar mayor independencia judicial a los tribunales, si bien no una separación total de poderes al estilo occidental.

“Hay que entender que su definición de Estado de Derecho no es la de Occidente. En la suya, se busca un sistema cuyo último fin es seguir garantizando la gobernanza del Partido Comunista”, explica a Efe Francisco Nieto, director en Pekín de la Iniciativa Global Asia-América, quien, no obstante, destaca que “poner sobre la mesa este tema ya es un avance”.

Según el experto, el presidente chino, Xi Jinping, buscará legitimar aún más el Gobierno central y aprobar medidas que dificulten la rampante corrupción en el seno del Partido y el Estado.

“El caso de Zhou Yongkang ha puesto en evidencia que se necesita una reforma del sistema judicial”, opina por su parte Li Fan, director del Instituto de Estudios de China, quien hace referencia a uno de los políticos que más poder amasó en el país asiático y que ahora afronta graves acusaciones de corrupción.

Se espera que durante o a final del Plenario, que concluirá el día 23, el Partido anuncie la expulsión de Zhou, exministro de Seguridad Pública y exmiembro del Comité Permanente del PCCh (el órgano de más poder político y ejecutivo de China), lo que abrirá la puerta a su juicio.

Al parecer, Xi tratará de erradicar el supuesto abuso de poder que cometió Zhou a cargo de su cartera, que controlaba desde tribunales hasta la Policía, desvela hoy el diario independiente “South China Morning Post”.

El caso de Zhou pone en evidencia que no habrá una independencia de poderes real, pues el destino del exlíder lo decidirán entre los “siete”, el número de políticos que actualmente componen el todopoderoso comité permanente, encabezado por Xi.

No obstante, sí se espera que a otros niveles se vea una cierta apertura, como en casos menores. “La falta de justicia a nivel local afecta gravemente a Pekín. Lleva a la gente a estar disconforme, a intentar pedir justicia por otras vías y, ante la falta de respuesta, a hacer mucho ruido. Eso puede tumbarles”, explica un diplomático de la capital en contacto con las autoridades.

La fuente, quien prefiere guardar el anonimato, alude a múltiples casos de ciudadanos que han sufrido problemas como expropiaciones forzosas, demoliciones ilegales o una negligencia médica en cualquier parte de China y que acuden a Pekín a reclamar al Gobierno central la respuesta que no encuentran en sus localidades (los llamados peticionarios).

“Trabajaba como economista jefe en una gran empresa. Debido a corruptelas, me cambiaron de cargo e inmediatamente me echaron. Puse una denuncia, pero el juez estaba compinchado con el jefe de mi empresa y también la Policía. Ahí fue cuando me convertí en peticionaria”, cuenta a Efe Wang Yuping, una mujer de 60 años que ha enviado cien cartas a los líderes para que la ayuden.

Ella, como tantos otros, espera que el Partido “apruebe que la ley debe estar por encima de todos y que se ajuste a la realidad del país”.

No obstante, ella sigue hoy siendo víctima de un sistema sin libertades, en el que, en días como hoy, puede acabar en la cárcel.

“En reuniones importantes como la de ahora vienen a detenernos”, dice con miedo a Efe, y explica: “Lo hacen para que no hablemos de la oscuridad de su sistema”.