México

El poder de la derecha en México

El PRI intenta frenar el ascenso del líder mexicano Ricardo Anaya, que le supera en las encuestas

El candidao del PAN, Ricardo Anaya, en un acto en Huixquilucan
El candidao del PAN, Ricardo Anaya, en un acto en Huixquilucanlarazon

El PRI intenta frenar el ascenso del líder mexicano Ricardo Anaya, que le supera en las encuestas.

El candidato del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya, y representante de la derecha mexicana para las próximas elecciones presidenciales del mes de julio, ha sido objeto de incesantes ataques por supuesto lavado de dinero en la compra de unos terrenos en el interior del país. «Es un honor ser atacado por el PRI (Partido Revolucionario Institucional)», aseguraba días atrás el inteligente candidato panista, refiriéndose al partido que hoy gobierna México y que lo ha hecho por más de ocho décadas. En un intento por alcanzar en las preferencias al populista de izquierda Andrés Manuel López Obrador, la estrategia de Anaya pasa por emparentar en su discurso al PRI y a AMLO. El objetivo es relacionarlos a tal punto que teniendo ambos un voto negativo importante, logre aglutinar el voto más blando, el indeciso. En una encuesta realizada por la plataforma Massive Caller, la opinión pública evidencia que los efectos de los ataques en contra de Anaya han causado un «efecto teflón», es decir, las balas mediáticas están resbalando, no están generando el efecto esperado. Al mismo tiempo, esto ha debilitado al partido de gobierno y a su candidato José Antonio Meade, principales artífices de la propaganda negra; mientras que el PAN se mantiene en un sólido segundo lugar con el 25,1% de preferencias, el partido de gobierno descendió 4% desde el mes de febrero hasta hoy. En consecuencia, queda claro que el problema no es el mensaje sino el mensajero. La poca credibilidad de quienes han orquestado los ataques genera un efecto contrario.

Anaya reitera una y otra vez la necesidad de que el presidente del país, Enrique Peña Nieto, se mantenga al margen de la contienda. Siendo el PRI el partido del primer mandatario queda claro que Anaya le toca defenderse y enmarcar su mensaje incluyendo al Ejecutivo. Adicionalmente, el jefe de campaña del PAN y hombre de extrema confianza de Anaya, Damián Zepeda, insiste en sus entrevistas que MORENA, el partido político de AMLO, también forma parte de los mensajeros del ataque. Con esto, la estrategia pasa por aglutinar a los adversarios y finalmente convertir la contienda en dos bloques dicotómicos.

Con un poco más de 100 días por delante para celebrar las elecciones, el único realmente beneficiado de la campaña negra en contra de Anaya es el líder populista López Obrador, quien actualmente lidera las preferencias de votos. Por un lado, la falta de credibilidad del PRI y la duda que podría generar la honestidad de Anaya en algunos segmentos electorales, hace que el primero en las encuestas vea desde arriba la pelea de sus dos oponentes por el segundo lugar. Para AMLO, que siga la fiesta y su llegada al poder estará más cerca.