África

Pretoria

El presidente sudafricano cancela su viaje a Mozambique tras visitar a Mandela

El presidente sudafricano, Jacob Zuma, canceló hoy un viaje a Mozambique previsto para mañana, tras visitar en el hospital a Nelson Mandela, que sigue en estado crítico.

"El presidente Jacob Zuma visitó al expresidente Nelson Mandela en el hospital esta noche, 26 de junio de 2013, sobre las 22.00 horas (20.00 GMT), y pudo comprobar que sigue en estado crítico", se puede leer en un comunicado emitido hoy por la presidencia.

"El presidente Zuma ha decidido cancelar su visita de mañana, 27 de junio, a Maputo (capital de Mozambique), donde debía atender a una cumbre del SADC (Comunidad para el Desarrollo del África Meridional) sobre inversiones en infraestructura regional", añade la nota.

Los médicos, que según el comunicado "siguen haciendo todo lo posible para garantizar el bienestar"del célebre paciente, pusieron al día a Zuma sobre el estado del héroe sudafricano.

Zuma volvió a transmitir "en nombre del gobierno su gratitud a todos los sudafricanos que apoyan a la familia de Madiba".

El texto fue divulgado minutos después de que el jefe del Estado sudafricano fuera visto abandonando el hospital de Pretoria donde tratan al expresidente Mandela.

El propio Zuma había anunciado horas antes en un acto público en Johannesburgo que el estado de Madiba -como se conoce al antiguo estadista en su país- seguía siendo crítico.

Mandela, de 94 años, fue hospitalizado el pasado 8 de junio en estado "grave pero estable", tras sufrir una recaída de una infección pulmonar.

El pronóstico del símbolo de la lucha contra el régimen racista del "apartheid"pasó de "grave"a "crítico"el pasado domingo.

Desde el pasado diciembre, Mandela ha sido hospitalizado hasta en cuatro ocasiones.

El primer presidente negro de Sudáfrica contrajo los problemas respiratorios que sufre de forma recurrente durante los 27 años que estuvo preso en las cárceles del "apartheid".

Mandela se ganó el aprecio de los sudafricanos y del mundo por su coraje a la hora de combatir el racismo institucionalizado impuesto por la minoría blanca.

Pero, sobre todo, por su nítida apuesta por la reconciliación y la convivencia en la transición modélica que encabezó junto al último presidente del "apartheid", Frederik De Klerk, lo que le valió a ambos el Premio Nobel de la Paz en 1993.