Guerra en Irak
El primer ministro iraquí propone reformas ante el aumento de las presiones
El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, presentó hoy al Parlamento varias propuestas para luchar contra la corrupción, en respuesta a las recientes manifestaciones populares y a las críticas lanzadas por la máxima autoridad religiosa del país.
Al Abadi pidió a los diputados que den luz verde a sus propuestas para "llevar a cabo las reformas solicitadas por la máxima autoridad religiosa y que han sido exigidas por los ciudadanos para luchar contra la corrupción y hacer realidad la justicia social".
Entre otras medidas, la iniciativa incluye el recorte de privilegios especiales a los máximos responsables y la supresión del puesto de vicepresidente, ocupado por el exprimer ministro Nuri al Maliki.
El primer ministro también pidió que se suprima el cargo de viceprimer ministro, ocupado por Saleh al Mutlak
Esta batería de propuestas presentadas por Al Abadi se producen dos días después de que miles de personas se manifestaran en Bagdad y en Kerbala, reclamando reformas contra la corrupción y después de que la máxima autoridad religiosa solicitara al presidente del ejecutivo que fuera más "valiente"en la lucha contra la corrupción.
Durante la homilía del viernes, el jeque chií Ahmad al Safi, instó al Gobierno desde la ciudad santa de Kerbala a que tomara "medidas importantes, determinantes, en la lucha contra la corrupción y para hacer realidad la justicia social".
En su discurso, realizado en nombre de la máxima autoridad religiosa, Ali al Sistani, Al Safi, también urgió a Al Abadi para que "golpee con mano de hierro a quien malverse el dinero del pueblo"y para que suprima "los privilegios concedidos a los antiguos y actuales responsables del estado".
Entre los puntos anunciados hoy, Al Abadi solicita, precisamente, que se recorte protección y privilegios tanto al jefe del Estado, al primer ministro y al presidente de la Asamblea Legislativa, como a todos los parlamentarios, y los responsables de los gobiernos y parlamentos regionales, aunque sin entrar en detalles.
El primer ministro pretende también apartar de sus funciones a todos los responsables que hayan sido elegidos teniendo en cuenta su filiación política o credo religioso.
Para llevar acabo este reemplazo propone la creación de una comisión que deberá trabajar de manera transparente y proceder a la elección de los nuevos dirigentes en base a sus capacidades.
Al Abadi también hizo hincapié en la investigación de los casos de corrupción, tanto actuales como antiguos, que será supervisada por una comisión suprema para la lucha contra la corrupción, formada por especialistas.
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