Política

Referéndum en Escocia

El referéndum que revoluciona Westminster

Crece la presión para introducir el voto único de los ingleses en asuntos clave

A MORDISCOS. Un bebé de seis meses muerde un cartel de apoyo a la secesión durante un acto de Alex Salmond en Edimburgo
A MORDISCOS. Un bebé de seis meses muerde un cartel de apoyo a la secesión durante un acto de Alex Salmond en Edimburgolarazon

Salga el resultado que salga en las urnas, el futuro de Westminster ya no será el mismo a partir del jueves. Actualmente la Cámara de los Comunes está compuesta por 650 diputados. Entre ellos hay 59 que representan a circunscripciones escocesas. En caso de secesión, está claro que desaparecerán y, al ser la mayoría laboristas (41 de los 59), la oposición tendría entonces muy limitadas sus opciones para ganar las elecciones de mayo. Por otra parte, si gana la unión, la Cámara Baja también sufrirá una gran transformación. En Reino Unido, siempre ha existido la paradoja de que los parlamentarios deben votar sobre cuestiones que afectan a regiones distintas a aquellas en las que fueron elegidos y, al mismo tiempo, no pueden decidir sobre asuntos que sí incumben a su propio distrito. Es una contradicción que se discute desde 1886, pero que adquirió especial protagonismo en 1977, cuando el laborista Tam Dalyell, diputado por la circunscripción de West Lothian (Escocia) preguntó: «¿Hasta cuándo van a tolerar los diputados ingleses que haya al menos 119 diputados de Escocia, Gales e Irlanda del Norte ejerciendo un importante, probablemente decisivo, efecto en la política inglesa cuando ellos mismos no tienen voz en los mismos asuntos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte?».

Desde entonces, la bautizada como Cuestión West Lothian es un fantasma incómodo al que nadie quiere hacer frente. Si finalmente el plebiscito da la victoria a la unión, los tres partidos mayoritarios han prometido transferir más poderes a Edimburgo para garantizar la autonomía fiscal. Si se transfieren estas competencias, Londres ya no tendrá capacidad para decidir sobre los asuntos del norte de la frontera, pero los escoceses sí podrían seguir votando en cuestiones clave que sólo atañen a Inglaterra. Esto ha abierto un debate sobre las opciones de reforma de Westminster que incluyen un Parlamento inglés, asambleas regionales inglesas (propuestas sin éxito por los laboristas hace una década) o cambios en los procedimientos parlamentarios para que determinadas leyes que afectan exclusivamente a Inglaterra se limiten a los diputados ingleses. Otra idea sugerida por los analistas es convertir la Cámara de los Lores en un cuerpo más federal, con representación de las cuatro naciones. Westminster se enfrenta así a un ciclo de cambios.