Videos

El «sultán» Erdogan arrasa en las presidenciales turcas

El primer ministro obtiene la mayoría en la primera vuelta pese a los escándalos de corrupción. Asegura que quiere seguir en el poder hasta 2023

Erdogan saluda a sus seguidores tras conocer el resultado de las elecciones
Erdogan saluda a sus seguidores tras conocer el resultado de las eleccioneslarazon

No hubo sorpresas: el duodécimo presidente de Turquía es Recep Tayyip Erdogan, hasta ahora primer ministro. Y es el primero en ser elegido por voto popular, en lugar de ser nombrado por el Parlamento.

El primer ministro Recep Tayyip Erdogan coronó ayer su sueño de convertirse en el nuevo presidente de Turquía, con el 51,8 % de los votos, según anunció la comisión electoral turca. Desde el primer momento, nadie puso en duda su victoria, ante tan sólo dos candidatos, poco conocidos y sin la posibilidad de reunir un número de votos suficientes para forzar al líder turco a una segunda vuelta.

El principal rival de Erdogan, Ekmeleddin Ihsanoglu, obtuvo el respaldo del principal partido de la oposición y de otras formaciones laicas e izquierdistas, lo cual le permitió sumar hasta un 38,5% de las papeletas, que no fueron suficientes para desbancar al líder turco. Ihsanoglu, un veterano y respetado académico, denunció ayer algunas irregularidades en las urnas, como la existencia de papeletas falsificadas a favor de Erdogan. Este candidato islamista moderado declaró que presentará una queja formal por el supuesto fraude electoral, pero reconoció rápidamente la victoria de Erdogan y le felicitó tras conocer los primeros resultados oficiosos. El propio Ihsanoglu destacó que obtener cerca del 40% de los votos es «un buen resultado», a pesar de no haber conseguido colarse en la segunda vuelta.

Mientras, el tercer candidato, Selahatin Demirtas, se quedó muy por detrás, con el 9,7% de los votos, aunque esto supone una gran hazaña para un político novato y perteneciente a la minoría kurda, tal y como él mismo admitió anoche. Demirtas consideró su derrota un «triunfo considerable», tras haber conseguido «ilusionar a los turcos», en sus propias palabras. El candidato kurdo habría conseguido atraer a votantes más allá de su comunidad étnica, quizás deseosos de acabar con el sangriento conflicto armado entre el Estado turco y la guerrilla separatista del PKK. Salahatin, de tan sólo 41 años y aspecto atractivo, ha supuesto una sorpresa en el escenario político turco, no sólo por su procedencia étnica, sino también por la popularidad alcanzada en tan poco tiempo.

A pesar de que la competición electoral no ha sido de las más reñidas y el resultado se daba por descontado, esta cita con las urnas no deja de ser destacada. Es la primera vez que los turcos eligen a su presidente, que anteriormente era designado por el Parlamento, hasta que en el año 2007 el partido de Erdogan enmendó la Constitución para que su elección fuera a través del voto directo de los ciudadanos. El partido islamista AKP también ha intentado ampliar las prerrogativas del jefe del Estado para que tenga poderes ejecutivos, aunque no ha conseguido aprobar dichos cambios en votación parlamentaria, de momento. Aun así, Erdogan ha asegurado que empleará todos los poderes que le permita la Ley en estos momentos, como, por ejemplo, convocar y presidir el Consejo de Ministros y designar al jefe del Gobierno o a los presidentes de órganos judiciales tan importantes como la Corte Constitucional. El hasta ahora primer ministro ha dejado claro que su rol no será protocolario y neutral, como el que ha guardado el presidente saliente Abdulá Gul, el cual, a pesar de su procedencia islamista, ha sido crítico con el Gobierno y ha intentado interceder en el conflicto con la oposición y las fuerzas sociales laicas.

Las intenciones declaradas de Erdogan de seguir dirigiendo el país, esta vez desde la presidencia, preocupan a sus detractores, que consideran que su Ejecutivo es cada vez más autoritario y excluyente. El primer ministro lleva 12 años en el Gobierno, pero ya ha declarado que quiere mantenerse en el poder hasta 2023, año del centenario de la fundación de la República turca.

Esta victoria cierra un año «horribilis» para el mandatario y su partido, en el cual se han enfrentado a su propia «primavera turca», así como a importantes escándalos de corrupción y la tragedia en la que murieron 300 mineros hace pocos meses. En junio de 2013, estalló una ola de protestas en contra de sus políticas económicas y sociales, en las que fue acusado de intentar limitar las libertades individuales y de gobernar de forma dictatorial. Más allá de la batalla abierta con los sectores laicos y progresistas de la sociedad, su impecable mandato se vio manchado por varios casos de corrupción, que salpicaron a su Gobierno y a su familia en los últimos meses, pero esto no le ha hecho perder apoyo popular, tal y como demuestran una vez más las urnas.

La participación del 74% es inferior a la esperada e inferior a otras elecciones celebradas en Turquía, pero Erdogan ha obtenido más de 20 millones y medio de votos. Miles de sus seguidores salieron anoche a celebrar su triunfo en Estambul y en la capital, Ankara, donde el líder ofreció un discurso desde la sede principal del AKP. «Yo no soy el ganador, ha ganado la voluntad del pueblo y la democracia», aseguró Erdogan. «Este es un momento histórico: es el principio de una nueva era», declaró, abogando por dejar atrás los conflictos. El islamista pareció tender la mano a la oposición con un discurso menos agresivo de lo habitual, en el que destacó que nuca ha impuesto su voluntad sobre los demás, ni lo hará en el futuro.

Hacia el cambio de régimen

- Erdogan y su partido, el AKP, no han escatimado esfuerzos para asegurarse la victoria, aprovechando todos los recursos del Estado. El lograrla era crucial, porque el primer ministro piensa a largo plazo. Erdogan acumulará más poder que ningún otro presidente turco, y ahora buscará una reforma constitucional que convierta Turquía en un país presidencialista. Tras el triunfo de ayer, necesita los dos tercios del Parlamento, algo que podría llegar en los comicios generales de 2015.