El Cairo
El temporal de viento y lluvia agrava la situación en Gaza
El temporal de vientos huracanados y lluvias torrenciales que sacude Oriente Medio desde el pasado miércoles ha agravado la situación de miles de gazatíes que siguen sin vivienda desde la guerra del pasado verano con Israel y que ahora deben enfrentarse también al "General invierno".
"La vida en Gaza es dura y el mal tiempo sólo empeora la situación. Desafortunadamente a nadie le importa, pero a nosotros sí nos preocupan nuestros niños y nuestro futuro. Nadie nos ayuda", se queja Abdul Salam Manasrah echando por la boca una exhalación de vaho a causa del frío.
Como otros miles de personas afectadas por el conflicto o la pobreza, Manasrah, sus tres hijos, y varios de sus vecinos han pasado el temporal denominado "Huda"a cielo descubierto, "sin electricidad, gas ni agua".
Vestidos con todo lo que tienen a su alcance, esta familia trata de luchar contra las inclemencias junto a una estufa dentro en una vivienda derruida del barrio de Shayaíe, al este de la capital de la franja, uno de los más castigado en la ofensiva israelí "Margen protector"entre julio y agosto pasados.
Amén de 2.300 muertos y cerca de 11.000 heridos, los incesantes bombardeos aéreos durante 50 días dejaron sin techo en Gaza a decenas de miles de personas, que ahora más que nunca se preguntan dónde está la prometida ayuda internacional para la reconstrucción.
"Las soluciones temporales no ayudan, en lugar de matar el dolor lo que deben hacer es curar la infección", señala Manasrah y acusa a "los líderes del pueblo palestino, a los países árabes e islámicos y a la comunidad internacional"de abandonarlos a su suerte.
Tras la ofensiva militar, la ONU pagó el alquiler a miles de familias durante seis meses para que pudieran tener un techo, pero los propietarios de las viviendas destruidas aseguran que el alquiler no es único problema, pues también perdieron sus muebles y enseres.
El 12 de octubre en El Cairo, la comunidad internacional prometió destinar 5.500 millones de dólares para reconstruir Gaza y sus infraestructuras como desagües, agua y electricidad, ayudas que no terminan de llegar.
Según datos recientes, hasta la fecha sólo un 2 % de la ayuda ha sido transferida, a causa de las disputas internas entre los gobernantes de facto de Gaza -el movimiento islamista Hamás- y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que impiden que las partes se pongan de acuerdo en el mecanismo de control de dinero.
Tampoco se ha conseguido una solución para la entrada de materiales de construcción, que Israel exige sean supervisados para impedir que acaben siendo empleados por las milicias con fines ofensivos.
Mientras la diplomacia se ha estancado, el desolador paisaje tras la guerra se ve agravado ahora por la lluvia y el viento, que ya han dejado un muerto y dieciocho heridos en la franja.
Ashraf al Qidra, portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza, explicó que una bebé de cuatro meses de la aldea Khuza falleció el viernes debido a la ola de frío.
La familia de la víctima vive en una casa prefabricada de metal que le habían concedido tras la destrucción de su vivienda, y según la madre, Shayma Abu Aassi, la criatura murió asfixiada a causa del fuego que habían encendido dentro para calentarse.
"Si tuviéramos una vida normal como la de otras personas en cualquier país, si tuviéramos electricidad y una casa bien construida, todas nuestras tragedias se terminarían inmediatamente, pero parece que las desgracias en Gaza son interminables", se lamentó indignado Anis Abu Aassi, tío de la menor.
La actual ola de frío, procedente de Rusia, ha venido acompañada de temperaturas de 2 grados a pie de playa, vientos de hasta 100 kilómetros por horas y olas de hasta 10 metros.
A sólo unas decenas de kilómetros, un manto de nieve cubrió todas las cimas por encima de los 650 metros, provocando el cierre de los accesos a ciudades como Jerusalén y Ramala.
Pero en la franja, los estragos han sido producto del fuerte viento y, sobre todo, de las lluvias torrenciales que han inundado barrios enteros.
En el barrio de Abu Rida 49 viviendas móviles resultaron anegadas y otras cien familias viven en casas destruidas e inhabitables.
Los equipos de defensa civil han tenido también que evacuar a cientos de habitantes de Shayaíe y de la ciudad de Rafah, y trasladarlos a escuelas de la ONU.
"Si la situación sigue así, Gaza se convertirá en un cementerio. Durante la guerra, la gente moría por los misiles israelíes y sus proyectiles de tanques, ahora muere de frío", lamentó Abu Aassi.
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