Siria

El terrorismo frustra el plan imperialista del «sultán» Erdogan

Apuesta por el diálgo regional para hacer frente a la creciente inseguridad, mientras aumenta el acoso a sus opositores en casa

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reforzado el control sobre el Poder Judicial y la Prensa
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reforzado el control sobre el Poder Judicial y la Prensalarazon

Turquía se enfrenta a peligrosos desafíos domésticos, pero también se encuentra rodeada de problemas graves en torno a su frontera.

Turquía se enfrenta a peligrosos desafíos domésticos, pero también se encuentra rodeada de problemas graves en torno a su frontera. El país soporta el peso de más de dos millones de refugiados de la guerra siria, y su apoyo a los suníes radicales que luchan contra el presidente sirio, Bachar Al Asad, ha convertido a Turquía en un caldo de cultivo del radicalismo islámico.

Erdogan, que abrió sus fronteras para permitir el tráfico de yihadistas y armas con destino al Estado Islámico con la idea de frenar el avance de los kurdos en Siria, se ha convertido ahora en uno de los principales enemigos del grupo terrorista.

La sed de poder de Erdogan no le ha permitido mirar hacia delante y ahora se enfrenta a un monstruo que él mismo creó y que va creciendo día a día sin saber cómo frenarlo. Sus políticas erráticas han puesto en peligro la seguridad nacional y es el pueblo turco quien está pagando con sangre y dolor las consecuencias de sus decisiones.

Turquía estuvo una vez en camino de ser un modelo de democracia musulmana, pero ahora eso parece poco probable. El giro de Recep Tayyip Erdogan hacia el autoritarismo ha conducido al país hacia la inestabilidad política y la inseguridad. Como consecuencia de sus políticas represivas, el sistema judicial ha dejado de ser independiente y la Prensa turca es perseguida y reprimida. La enorme tensión con los kurdos, a los que el presidente considera terroristas, y el relanzamiento del terrorismo del Estado Islámico han transformado al país en uno de los mayores focos de violencia de la zona. Todo esto ha causado cientos de muertos y ha puesto en peligro el turismo.

En pleno desconcierto por el reciente atentado en el aeropuerto de Estambul, el Parlamento turco aprobó el jueves un paquete de medidas para reestructurar los altos tribunales del país. Este cambio normativo supone una nueva victoria para Erdogan, ya que le permitirá deshacerse de los jueces molestos y tener un mayor control del Poder Judicial.

La Unión Europea ha planteado una y otra vez su preocupación por la erosión de la independencia del Poder Judicial en Turquía, un hecho que debilita aún más las posibilidades de adhesión a la UE. Esta nueva vuelta de tuerca de Erdogan a la difusa separación de poderes del país se produce en un momento en que el presidente quiere establecer un sistema presidencialista en el país.

Jueces apartados

Con esta nueva ley, la mayoría de los 711 jueces de los dos principales tribunales, el Consejo de Estado y el Tribunal Supremo de Apelación, serán apartados. Como consecuencia habrá menos magistrados y Erdogan podrá designar a una cuarta parte de los jueces del Consejo de Estado, lo que le permitirá copar a uno de los órganos judiciales más importantes con sus aliados.

El gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) defiende que la nueva ley permitirá agilizar el alto Poder Judicial, inundado con más de dos millones de casos. La oposición parlamentaria, que ve la medida como una estrategia de Erdogan para convertirse en «intocable», ha asegurado que recurrirá la nueva ley al Constitucional, pero tiene muy pocas probabilidades de prosperar. Esta reforma se suma a la remodelación del Consejo Superior de Jueces y Fiscales, que provocó la reasignación de 3.700 jueces y fiscales, un hecho tildado de «caza de brujas» por la sociedad civil. Acaparar todo el control del Poder Judicial no es suficiente para Erdogan, que también quiere controlar la mayoría de los periódicos y canales de televisión de Turquía. La Unión de Periodistas de Turquía (TGS) denunció hace unos días que el número de periodistas encarcelados en el país euroasiático alcanza ya los 37. Además, alerta de que aquellos que no están entre rejas están bajo una enorme presión del Gobierno. Según el sindicato, casi la mitad de los 37 periodistas encarcelados fueron encerrados en 2016, lo que hace indiciar que la situación no sólo no mejora, sino que empeora a pasos agigantados. El líder del TGS, Ugur Güç, alertó de que los periodistas que escriben sobre la realidad política están siendo amenazados sistemáticamente con demandas de grupos afines al Gobierno.

Entre los procesados se encuentran Hidayet Karaca, director general de Samanyolu Broadcasting Group, y Mehmet Baransu, un periodista de investigación del diario «Taraf». La lista también incluye al presidente fundador de la Fundación Turca de Derechos Humanos, el profesor Ebnem Korur Fincanci; el representante de Reporteros sin Fronteras en Turquía, Erol ÖnderoLu, el escritor Ahmet Aziz Nesin, y el jefe de Today’s Zaman, Bulent Kenes, que fue encarcelado en octubre por sus comentarios en Twitter.