Bulgaria

El todos contra todos de los partidos búlgaros complica la formación de Gobierno

Los partidos búlgaros han confirmado hoy, con un cruce de acusaciones, que la formación de un nuevo Ejecutivo tras los comicios adelantados del pasado domingo va a ser una tarea complicada, un escenario que ha llevado al presidente del país a acelerar la constitución del Parlamento, que ocurrirá el 21 de mayo.

Los partidos búlgaros han confirmado hoy, con un cruce de acusaciones, que la formación de un nuevo Ejecutivo tras los comicios adelantados del pasado domingo va a ser una tarea complicada, un escenario que ha llevado al presidente del país a acelerar la constitución del Parlamento, que ocurrirá el 21 de mayo.

El jefe del Estado, Rosen Plevneliev, ha justificado su decisión de abrir el periodo legislativo ya, incluso antes de encargar a ningún partido la formación de Gobierno, en que en estos momentos "Bulgaria necesita de forma rápida unas instituciones en pleno funcionamiento".

La Constitución del país balcánico da al presidente un plazo de hasta un mes tras la cita electoral para convocar por decreto el Parlamento, un periodo que Plevneliev ha decidido recortar al máximo.

Plevneliev se reunió hoy con los líderes de las cuatro formaciones que obtuvieron representación parlamentaria en las elecciones del domingo, una ronda de consultas que ha confirmado la poca disponibilidad de colaboración entre los políticos.

"Hoy no hicimos consultas para entregar mandato a ningún partido para formar Gobierno. Simplemente tratamos sobre detalles técnicos del inicio del funcionamiento del nuevo Parlamento", aseguró Plevneliev tras su primera reunión con Boiko Borisov, cuyo partido, el GERB, ganó las elecciones y sumó 97 de los 240 diputados.

Borisov, populista y conservador ex primer ministro que dimitió el pasado febrero debido a una ola de protestas populares, anunció ayer que pedirá la anulación de las elecciones, al entender que se violó la ley electoral al publicarse una noticia durante la jornada de reflexión que vinculaba a su partido con papeletas fraudulentas.

Borisov insistió hoy en su petición de celebrar nuevas elecciones y argumentó que el reparto de escaños hace evidente que "no se podrá formar un Gobierno estable".

Además, acusó a los socialistas del BSP (86 diputados) y al partido de la minoría turca DPS (36) de intentar sobornar a legisladores del ultranacionalista Ataka para que apoyen un Ejecutivo liderado por los socialistas.

Por su parte, esta formación acusó al GERB de hacer "teatro"y de tener un doble discurso: pedir la anulación de las elecciones pero maniobrar al mismo tiempo para formar un Gobierno en minoría.

Los socialistas están dispuestos a negociar con todos los partidos menos con el GERB, mientras que el representante de la minoría turca abrió la opción de hablar con el candidato del BSP, un independiente, pero no con la dirección del partido ni con Ataka.

El ultranacionalista y xenófobo Ataka, por su parte, acusó al GERB de tratar de comprar a sus parlamentarios y dejó claro que no formará coalición con nadie, pero que podría apoyar puntualmente a un Ejecutivo en minoría.

Es justo este partido el que, con sus 26 escaños, podría tener en su mano la llave de la gobernabilidad si se decidiera a pactar un Gobierno o, al menos, facilitar con su voto la reelección de Borisov como primer ministro.

En ese escenario de cruce de acusaciones y disputas, el presidente pidió colaboración para asegurar el funcionamiento del Parlamento.

"Sería bueno que los cuatro partidos debatieran y se unieran en un pacto normativo sobre las prioridades del nuevo Parlamento, antes de iniciar negociaciones para formar Gobierno", indicó Plevneliev, quien subrayó que es esencial recuperar la mermada confianza de los ciudadanos en los políticos.

Un 50 por ciento de los búlgaros con derecho a voto no acudió a las urnas el domingo, en lo que ha sido el nivel de abstención más bajo desde la llegada de la democracia en 1990.