El Gobierno de Donald Trump

El yerno de Trump pierde sus credenciales para acceder a la información secreta

La decisión pone en duda su papel de negociador en el conflicto entre israelíes y palestinos

Jared Kushner escucha a su suegro durante una reunión en la Casa Blanca/Ap
Jared Kushner escucha a su suegro durante una reunión en la Casa Blanca/Aplarazon

El yerno de Donal Trump, Jared Kushner, ha perdido uno de sus privilegios en la Casa Blanca: no podrá acceder a la agenda más secreta del Presidente ni a los documentos más sensibles.

Hope Hicks, la directora de Comunicaciones de la Casa Blanca y vieja asesora de Donald Trump, renunciará a su cargo «en las próximas semanas», confirmó ayer la portavoz del Gobierno, Sarah Huckabee Sanders. La noticia llega un día después de que la consejera del presidente testificara durante alrededor de ocho horas ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes por la posible coordinación de la campaña de Trump con el Gobierno ruso para influir en los comicios de 2016.

Pero éste no fue el único revés que sufrío ayer el entorno más próximo al presidente. Su yerno, Jared Kushner, ya no tendrá acceso a información clasificada como «top secret». Su estatus acaba de ser rebajado después de una intensa investigación del FBI que llevaba meses pendiente. En la práctica, esto significa que el marido de Ivanka Trump no podrá estar al tanto de lo que realmente se cuece en la Casa Blanca. Kushner, de 37 años, tiene un largo y difuso historial de actividades empresariales que lo convertían en presa fácil para los servicios secretos extranjeros. Según «The Washington Post», al menos cuatro países (Emiratos Árabes Unidos, China, Israel y México) habrían tratado de manipularlo dada su inexperiencia y sus problemas económicos.

Con asiento de palco en la oreja de Trump, Kushner llevaba meses viajando por el mundo y manteniendo contactos de altísimo nivel en su calidad de asesor. Esto incluye visitas a China, Japón, Israel, Arabia Saudí y varios países europeos. Todos ellos de gran peso desde el punto de vista bilateral e internacional. En estos doce meses ha habido varias ocasiones en las que ni siquiera H.R. McMaster, el consejero de Seguridad Nacional, sabía muy bien a qué se dedicada Kushner. Las sospechas que ha levantado el marido de Ivanka no son nuevas. Kushner fue interrogado en noviembre por sus reuniones con diplomáticos rusos y personas cercanas al Kremlin.

La llegada de Trump, su particular estilo bronco y, sobre todo, el círculo íntimo del que se rodeó en un principio puso de los nervios al poder fáctico en Estados Unidos. Sin embargo, en estos doce meses han sido muchos los que han perdido el favor del presidente. ¿Significa esto que se impone la cordura en el Despacho Oval? En un encuentro mantenido hace unos días con un grupo de periodistas europeos, el que fuera vicesecretario general de la OTAN entre 2012 y 2016, Alexander Vershbow, consideraba que los hechos demuestran que hay «adultos» al mando en EE UU. El ex embajador estadounidense, que sirvió en Moscú entre 2001 y 2005, reconocía el «shock» inicial de la llegada de Trump, que él mismo comparaba con «una visita de dos horas al dentista», pero cree que la continuidad en cuestiones clave como la relaciones con la Alianza Atlántica está asegurada. «El presidente ha llegado a decir últimamente que él es más duro con Rusia que Obama», señalaba con una media sonrisa.

Esto significa que la realidad se habría impuesto a las fantasías iniciales de Trump y su camarilla. Sobre todo en la esfera internacional, que es donde operaba el defenestrado Kushner. Hans Binnendijk, analista de la RAND Corporation, también cree que «el grupo de adultos del que se ha rodeado Trump está teniendo efectos positivos». A Binnendijk le gusta ver a la Administración Trump con los ojos de Clint Eastwood: «Su estilo es feo, algunas de sus políticas son malas, pero sus acciones sobre la OTAN estarían en la categoría de buenas».

Lo que aún está por ver es cómo va a reaccionar Ivanka, la hija mayor y preferida de Trump. Al fin y al cabo, si este presidente tiene alguna lealtad probada es a su clan. Aunque Kushner no pueda acceder nunca más a las reuniones de Inteligencia, el presidente de EE UU aún tiene la potestad de compartir cierta información con él, algo que haría aún más incontrolable la situación. Pese a todo, el yerno del presidente seguirá con su papel en temas de política exterior, que incluye el liderazgo de EE UU para lograr la paz entre israelíes y palestinos y una cercana relación con el ministro de Exteriores mexicano, Luis Videgaray. No hay duda de que los «adultos» de la Casa Blanca no quieren al yerno con los mayores. Es el eslabón más débil de una Administración a la que si algo le sobra precisamente es un nuevo escándalo.