Eliseo Fabio Núñez: «Nicaragua está bajo una dictadura. Nos destituyen para anular las voces disidentes»

Eliseo Fabio Núñez denuncia que la destitución grupal de diputados opositores en el país es una maniobra inconstitucional del presidente Daniel Ortega para afianzarse en el poder e iniciar una etapa de represión física

- ¿Por qué cree que, tanto usted como sus 27 compañeros opositores, han sido destituidos por el Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua? ¿Cree que responde a una estrategia política en vista a las elecciones del 6 de noviembre?

- Dejarnos fuera de la contienda electoral con la sentencia de la Corte Suprema de Justicia obedece a una estrategia que busca el no dejar que se consolide una marca opositora y que provoque la polarización electoral que dejaría a Ortega en desventaja. El hecho de destituirnos de la Asamblea Nacional persigue un efecto desmoralizador entre cualquier opositor; está usando la aparente irracionalidad como arma psicológica.

- ¿Existe una vinculación entre el CSE y el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional?

- El CSE está total y absolutamente controlado por Ortega. Basta con ver el vídeo de su inscripción y la de su esposa como candidatos, en el que se aprecia cómo los que, supuestamente, actúan como árbitros se deshacen en halagos y alabanzas hacia ellos sin el menor pudor.

- ¿Se trata de un proceso inconstitucional esta destitución grupal?

- La destitución es inconstitucional por dos razones. La primera consiste en que el artículo en el que basan la decisión es el 131 de la Constitución sostiene que pierde su condición de diputado quien cambie de opción electoral. Es claro y no habla de desobediencia partidaria ni nada similar (como nos acusan); simplemente castiga el hecho de que te vayas a otro partido y, nosotros, los diputados opositores, no nos habíamos marchado a ningún otro partido. La segunda razón es que el artículo en cuestión es producto de una reforma constitucional del año 2014 -tres años después de que fuéramos electos- y el artículo 38 de la misma Constitución prohíbe el efecto retroactivo de cualquier ley.

- ¿Permitirá esto a Daniel Ortega hacerse con el control total del Parlamento?

- Ortega ya controlaba antes el Parlamento con más de dos tercios del los 90 diputados, por lo que esta maniobra lo que anula son las voces disidentes, es decir, ya no está dispuesto ni siquiera a escuchar opiniones diferentes.

- ¿Diría usted que Nicaragua está más próxima de una democracia o de una dictadura?

- Nicaragua no está cerca de una dictadura, Nicaragua está bajo una dictadura.

- ¿Está adoptando el presidente una deriva autoritaria?

- Ortega entró ya en la etapa de la deriva autoritaria, impulsado por el miedo a los cambios en el continente que le han quitado sus principales soportes ideológicos como lo eran el chavismo en Venezuela y el Partido de los Trabajadores brasileño. Incluso ha cesado la ayuda venezolana que le posibilitó ejercer su autoritarismo anclado en una política clientelista y que le permitía anestesiar la protesta social con dádivas. Hoy, con miedos y poco que repartir, inicia la etapa de la represión física.

- ¿En qué aspectos sociales o políticos se aprecia esta deriva en el país?

- El presidente mantiene aún un arreglo con los grandes grupos empresariales del país que le ha facultado a dejar a un lado la democracia representativa y ejercer una suerte de Gobierno corporativista. Ha creado un mecanismo de entendimiento con estos grupos que le permite separar los temas económicos de los temas políticos. Son relaciones que posibilitan a los inversionistas hacer negocios que, de otra manera, por la corrupción del sistema y del pobre Estado de Derecho, serían inviables. En otras palabras, la Seguridad jurídica de la empresa privada es Ortega mismo y no el sistema.

- ¿Qué opinión le merece el fallo judicial que arrebató el liderazgo del Partido Liberal Independiente a Eduardo Montealegre para, posteriormente, concedérselo a Pedro Reyes? ¿Qué opina de este último como figura política?

- Mi opinión sobre el señor Reyes es que está haciendo las veces de tonto útil, alimentado por su ambición desmedida y por su ego.