Europa

Brexit

Emmanuel Macron batalla por una prórroga corta

La concesión de más tiempo a Londres divide a los socios de la UE

La nueva prórroga del Brexit vuelve a enfrentar a Emmanuel Macron y Angela Merkel
La nueva prórroga del Brexit vuelve a enfrentar a Emmanuel Macron y Angela Merkellarazon

La concesión de más tiempo a Londres divide a los socios de la UE

Las cancillerías europeas no consiguieron este miércoles alcanzar un consenso sobre los términos de una prorroga que se antoja inevitable. El presidente permanente del Consejo, Donald Tusk, aboga por respetar la fecha de la misiva enviada por Reino Unido y considera que esta extensión de las negociaciones debería prolongarse hasta el 31 de enero de 2020. El político polaco, sin embago, propone que este plazo pueda acotarse de manera flexible si, antes de esta fecha, Reino Unido es capaz de completar el proceso de ratificación. En ese caso, la Eurocámara también procedería a dar luz verde al acuerdo de divorcio sellado entre Londres y los Veintisiete.

Si esto no es posible y se produce una convocatoria electoral, parece que el lapso hasta finales de enero podrá ser suficiente y las cancillerías europeas no se verían obligadas a quedar atrapadas en los dimes y diretes de la convulta política británica, ya que la decisión ya estaría tomada. El primer ministro irlandés, Leo Varadkar y el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, también se pronunciaron ayer a favor de esta propuesta. La pragmática Alemania también se ha mostrado siempre a favor de adaptar esta extensión del artículo 50 según las circunstancias.

Pero no todo resulta tan fácil. Esta propuesta tiene un detractor: Emmanuel Macron. El presidente francés siempre ha llevado la línea cantante de los países que prefieren la línea dura. París nunca se ha negado a una prórroga condicionada a un vuelco en el tablero, debido a la convocatoria de nuevos comicios o la celebración de un nuevo referéndum. Pero aunque esta primera opción parece altamente probable, todavía se desconoce si Boris Johnson conseguirá los suficientes apoyos para ello y, ante la espesa niebla que cubre el otro lado del Canal de la Mancha, París prefiere una prórroga corta, de tan sólo unos días, con la que seguir presionando para una ratificación lo más rápida posible.