Espionaje en EEUU
Equilibrio entre seguridad y libertad
El presidente Barack Obama dio ayer uno de los discursos más esperados de los últimos meses. Tras más de medio año de intenso debate en los medios de comunicación de todo el mundo por la violación de los derechos de privacidad de ciudadanos, empresas, periodistas e incluso líderes de otros países a través de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Obama anticipó un proyecto para reformar y controlar la actividad de los servicios de Inteligencia. Como señaló el presidente ayer su discurso, EE UU ha empleado técnicas y herramientas de inteligencia desde el comienzo de su historia. Tras el 11-S, los ciudadanos norteamericanos comprendieron que su seguridad depende directamente de la labor de los servicios de inteligencia. Como en cualquier democracia, la seguridad y la libertad son las dos caras de una misma moneda y los servicios de Inteligencia trabajan para que los ciudadanos puedan vivir en libertad y con seguridad. No obstante, las filtraciones sobre algunas actividades de la NSA generaron una gran controversia en la opinión pública del país y dañaron la imagen de EE UU, especialmente con sus aliados. En el discurso de ayer, más que cambios en el funcionamiento de la NSA, muchos ciudadanos esperaban explicaciones. Y tras darlas –justificando las escuchas en pro de la seguridad como ya había hecho otras ocasiones–, el presidente pidió, tanto a los norteamericanos como al resto de líderes y ciudadanos del mundo, confianza. Confianza en que las personas que trabajan en el servicio de Inteligencia lo harán sin abusar de su poder y sin extralimitar los objetivos establecidos. Una confianza que, según los números publicados en el últimos meses, Obama necesita con urgencia. Sus datos de aprobación están en los niveles más bajos desde que llegara a la Casa Blanca a comienzos de 2009 (39% de aprobación, según Gallup) y hasta un 68% de la población creía que se estaban violando sus derechos de privacidad. Además, las filtraciones publicadas le han supuesto varios conflictos con otros países y han tensado sus relaciones con aliados clave, como Alemania. Lo que en comenzó como una filtración más por parte del ex agente Snowden se ha convertido en uno de los temas más espinosos de la Administración Obama a nivel nacional e internacional. Desde el punto de vista gubernamental, como ayer recalcó el presidente, «este conflicto nos hará más fuertes». Habrá que ver si su discurso es suficiente para que su valoración también se vea reforzada tanto dentro como fuera del país.
*Socio-Director de MAS Consulting Group
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