Política

Represión en Venezuela

España asume la seguridad del ex presidente

El régimen niega el permiso de armas a sus escoltas en su estancia en Caracas. Margallo confía en que el viaje «se desarrolle con normalidad»

La Razón
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El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, dio ayer detalles de la visita del ex presidente del Gobierno Felipe González a Venezuela. Según reveló el ministro, en declaraciones recogidas por Europa Press, las autoridades venezolanas no permitieron a González entrar en el país acompañado de escoltas armados encargados de garantizar su seguridad, como es habitual cuando viajan altos cargos políticos a un país extranjero. En este sentido y ante la brecha de seguridad, las autoridades españolas se han visto obligadas a tomar medidas para asegurar la protección del ex presidente, que se aloja en la residencia del embajador español, protegida con la inviolabilidad de la que gozan las representaciones diplomáticas.

Para García-Margallo, la seguridad de González ha sido la «preocupación máxima» del Ejecutivo. El ministro explicó que el ex mandatario socialista «va escoltado» aunque «no hubo permiso para que entrasen armas» en el país y su escolta «tiene las armas con las que normalmente viaja un escolta de un cargo político o un ex presidente del Gobierno». Aun así, el ministro se mostró «seguro» de que el viaje «se va a desarrollar con absoluta normalidad. No tendría sentido que se produjese alguna anormalidad». El Gobierno, ha señalado García-Margallo, desea «vivamente» que este viaje sirva para «mejorar la situación política en Venezuela, que es condición inexcusable para mejorar la situación económica en Venezuela». Respecto a las manifestaciones que se han convocado en el país en contra del viaje de González, el ministro ha dicho que «forman parte de la libertad de expresión» y, aunque no sean «precisamente de bienvenida», recalcó que «están en su derecho». En suma, el titular de Exteriores insistió en que «nosotros lo que hemos dicho desde el primer momento es que la libertad de movimientos y de expresión de cualquier ciudadano español, y mucho más si es un ex presidente del Gobierno, está garantizada y apoyada por el Gobierno». En la misma línea, se mostró el vicesecretario general de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, al ser preguntado por las declaraciones del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien cargó contra el ex presidente como enviado de «la mafia española». «Como español y como demócrata, estoy absolutamente del lado de González y detesto que se pueda hablar en una televisión pública en los términos en los que está haciendo», lamentó Floriano.

El ministro García-Margallo confesó ayer que la comunicación con Felipe González es fluida, algo que agradeció, e insistió en que las relaciones de España con Venezuela «son absolutamente normales». Aunque pudiera parecer lo contrario, pues en los últimos meses los embajadores de Madrid y Caracas han sido llamados a consultas, Maduro ha insultado y amenazado a Rajoy, y el domingo el presidente venezolano profirió todo tipo de críticas a González a través de su perfil en la red social Twitter. «El eje Bogotá-Madrid-Miami actúa desesperado, envían personajes para legitimar su guerra contra Venezuela, quieren ponerle la mano a la patria», escribió el mandatario chavista. «Ni formal ni informal, no ha habido protesta», señaló el titular de Exteriores. Este periódico se puso en contacto con la Embajada de España en Caracas, puesto que el ex presidente del Gobierno se está alojando en la residencia del embajador, Antonio Pérez-Hernández. Sin embargo, el diplomático no quiso hacer declaraciones «por prudencia».

Finalmente, García-Margallo y Maduro no se verán mañana y pasado en Bruselas, puesto que el presidente venezolano tampoco viajará para asistir a la cumbre entre la UE y los países de América Latina y Caribe (UE-Celac), después de que este fin de semana suspendiera su encuentro con el Papa en el Vaticano por razones de salud. La presencia de Maduro era especialmente relevante por las reiteradas muestras de «preocupación» que la UE ha expresado en el último año por la situación política en Venezuela. El Parlamento Europeo también ha criticado la persecución de la oposición y ha reclamado la puesta en libertad de los opositores presos.