«España liderará la mayor inversión hecha en Centroamérica»

El ex general Otto Pérez Molina se convirtió en el primer presidente de Guatemala de extracción militar desde la caída de la dictadura en 1986. Llegó hace 13 meses al Gobierno prometiendo «mano dura» contra la delincuencia y al narcotráfico.

El ex general Otto Pérez Molina se convirtió en el primer presidente de Guatemala de extracción militar desde la caída de la dictadura en 1986. Llegó hace 13 meses al Gobierno prometiendo «mano dura» contra la delincuencia y al narcotráfico. Poco tiempo después, logró transmitir a Obama, en la Cumbre de las Américas, su propuesta para despenalizar y regular el consumo de droga. Durante su visita a España, donde se ha reunido con Mariano Rajoy, ha presentado a los empresarios un plan para atraer inversión por valor 20.250 millones de euros en infraestructuras. También busca el apoyo de empresas españolas para construir un canal interoceánico que una el Atlántico y el Pacífico.

–¿Qué sentido tiene un canal cuando precisamente Panamá está ampliando el suyo?

–En Guatemala se viene hablando de este canal desde hace 25 años, pero por primera vez se han dado pasos seguros. Más de 2.400 propietarios se unificaron para hacer una escritura única y dar el derecho de vía. Y 49 mancomunidades apoyan el proyecto. Este canal favorecerá el comercio mundial y ofrecerá rentabilidad porque así lo aseguran los estudios de viabilidad económica realizados.

–¿Se han interesado empresarios españoles por este proyecto?

–Hemos encontrado un marcado interés en los empresarios españoles para invertir en Guatemala. Además, hay dos empresas españolas, Alatec y Tecnoiberia, que están interesadas en trabajar en este canal, que tendrá 272 kilómetros y que incluye un oleoducto, una autopista, una vía férrea y dos megapuertos. Representa una inversión de unos 10.000 millones de dólares y será la más grande que se ha hecho en Centroamérica. Por eso estamos orgullosos de que dos empresas españolas lideren este proyecto.

–¿Ha ganado terreno el narco desde que usted llegó al poder?

–Es difícil decir si ganamos o perdimos terreno, pero le aseguro que hemos logrado proteger con más eficiencia las fronteras, por eso los cárteles de la droga no crecieron. Además, en este primer año hemos podido coordinar las fuerzas del Estado en la lucha contra el narcotráfico.

–Ha prometido reducir la tasa de criminalidad a la mitad.

–Hemos bajado cinco puntos esa tasa de homicidios. Eso nos ha permitido estar en 34 muertes por cada 100.000 habitantes. No es un número agradable, pero supone un avance. Si somos capaces de mantener lo que hicimos en el primer año, sí que podremos reducir esa cifra a la mitad.

–EE UU entregó a México 135 millones de euros en 2011 para combatir al narco, y a Guatemala, doce. Washington, además, mantiene el embargo de armas a Guatemala. ¿La Administración Obama se lo pone difícil?

–EE UU debería aceptar una corresponsabilidad diferenciada en el tema de la droga. Guatemala ni es productor ni consumidor de droga. Somos un país de tránsito, así que la responsabilidad principal es de EE UU. Mientras no tome medidas más serias o se cambie de política para lograr reducir el consumo, nosotros seguiremos siendo afectados. Guatemala pone los muertos y la sangre, y desde EE UU siguen llegando las armas, los dólares y el lavado de dinero. Norteamérica ha sido eficiente en trasladar la guerra fuera de sus fronteras, pero también debería trasladar recursos.

–¿Puede Guatemala convertirse en un narcoestado?

–No existe el riesgo de que nos convirtamos en un narcoestado. Luchamos a diario para evitar la penetración del narco en las instituciones. Por ejemplo, hacemos pruebas de confianza a los policías en un proceso de depuración constante, lo que nos ha permitido dar de baja a 250 agentes.

–¿La desaparición de Chávez de la escena política es una buena noticia para la región?

–Opinar en ese caso para nosotros es difícil. Somos respetuosos con la decisión de los venezolanos, que votaron nuevamente por Chávez. En cualquier caso, deseamos que Venezuela siga la senda de la democracia y que cumpla la Constitución.

–Rafael Correa está muy cerca de su tercera victoria en Ecuador. ¿Cree que el llamado «socialismo del siglo XXI» está lejos de ser un modelo caduco?

–Cada país va tomando su propio camino. En el caso de Guatemala pensamos que la mejor manera de enfrentar los problemas es un mayor compromiso para luchar contra la pobreza, atraer inversiones, abrir nuestra economía, luchar por la paz, la justicia y la seguridad. Todo esto va más allá de si es socialismo del siglo XXI o si es un Gobierno de centro derecha. Lo que manda son los resultados que le demos a nuestro pueblo.

–¿Cuáles son los logros económicos tras un año de gestión?

–Nos han declarado país emergente, un lugar de oportunidades para invertir, con una economía abierta, y con una agenda de competitividad que nos ha colocado como el segundo país más reformador de América Latina.