Reino Unido
Europa espera a los resultados de Escocia para pronunciarse
La Comisión Europea (CE) ha subrayado su respeto al proceso democrático ante el referéndum que hoy celebra Escocia, pero también recuerda que la secesión de cualquier región de un Estado miembro la dejaría fuera de la UE y obligada a negociar su ingreso.
La Comisión Europea (CE) ha subrayado su respeto al proceso democrático ante el referéndum que hoy celebra Escocia, pero también recuerda que la secesión de cualquier región de un Estado miembro la dejaría fuera de la UE y obligada a negociar su ingreso.
Aunque la discreción y la prudencia son la nota dominante respecto a los separatismos planteados en Europa, las instituciones de la Unión Europea (UE) observan de cerca el resultado de esta consulta en la que votan cuatro millones de residentes en Escocia.
La portavoz del Ejecutivo comunitario, Pia Ahrenkilde, insistió hoy en que en Bruselas "no hay declaraciones preparadas"ante la consulta y en que se está "a la espera de la decisión del pueblo escocés"sobre algo que es "un asunto interno"del Reino Unido.
La Comisión, guardiana de los tratados europeos y encargada de vigilar su cumplimiento, ha sido tajante al subrayar en numerosas ocasiones que la independencia de cualquier región de un Estado miembro de la UE obligaría al nuevo país a solicitar el ingreso si quisiera continuar dentro del bloque.
Su actual presidente, el portugués José Manuel Durao Barroso, ha señalado reiteradas veces que si una parte de un Estado miembro alcanzase la independencia pasaría a ser un "tercer país"con respecto a la Unión y dejaría de pertenecer a ella.
Barroso ha afirmado que un nuevo Estado independiente, por el hecho de alcanzar la independencia, pasaría a convertirse en un tercer país con respecto a la UE y los Tratados dejarían de ser aplicables en su territorio.
Con esas premisas y de salir el sí en Escocia, ésta quedaría fuera de la Unión y debería pedir su admisión como cualquier otro tercer país con aspiraciones de convertirse en socio comunitario y pasar por un proceso que normalmente es largo y complejo, y que incluye la posibilidad de ser vetado.
La Comisión también ha subrayado que sólo se pronunciará sobre un proceso de este tipo el día que reciba del Estado miembro en cuestión un escenario jurídico detallado, por lo que antes de ello ha rechazado hacer especulaciones o comentar escenarios hipotéticos.
A este respecto, fuentes comunitarias señalaron que el Ejecutivo comunitario sí dará explicaciones sobre su posición mañana, una vez se conozcan los resultados, si la respuesta de la ciudadanía escocesa es favorable a la independencia del Reino Unido.
Otras personalidades comunitarias como el presidente electo de la CE, el popular luxemburgués Jean-Claude Juncker, o el presidente del Parlamento Europeo (PE), el socialdemócrata alemán Martin Schulz, han apelado a la unión de los europeos e insistido en general en que son asuntos de orden interno en los países en que se plantean, pero se han mantenido en silencio ante la consulta escocesa.
Fuentes del PPE en la Eurocámara indicaron a Efe que "se respetará el resultado del voto pues responderá a la voluntad de los escoceses", al tiempo que indicaron que después analizarán la situación y darán a conocer su postura.
El presidente del Grupo Socialista (S&D) en el PE, Gianni Pittella, ha sido más tajante y ha señalado que "Escocia estará mejor en la Unión Europea como parte del Reino Unido".
"Estamos muy preocupados por la perspectiva del sí en el referendo escocés", indicó el jefe de filas socialistas del PE, que subrayó que en un entorno de desestabilización internacional y de persistencia de la crisis, "abandonar el Reino Unido no parece lo más sabio".
Pittella incidió en que "está claro que la admisión de Escocia en la UE no será tan automática y tan fácil como los partidarios del sí proclaman. Llevará años".
Un escenario de eventual victoria del sí y una posterior decisión de ingresar en la Unión, conlleva presentar la candidatura para ser nuevo Estado miembro y que su acceso sea aprobado de forma unánime por todos los socios de la UE.
"Esa situación no será fácil, especialmente cuando muchos países están preocupados por las implicaciones para los movimientos de independencia", dijo Pittella, que recordó que "una Escocia fuera de la UE significa una frontera anglo-escocesa con aduanas, controles y tarifas", el fin de la recepción de fondos regionales o de otras ventajas que ahora benefician a Escocia por ser parte de Reino Unido, pero que perdería de proclamar su independencia.
En el caso de que resulte ganadora la tesis del no a la independencia y aunque en el corto plazo permita respirar con más tranquilidad al conjunto de la Unión, también se abre un debate político de gran importancia y con cambios a la vista.
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