Bruselas
Felipe de Bélgica acorta un día sus vacaciones tras la polémica generada
El Gobierno belga ha pedido al rey del país, Felipe, que acorte en un día sus vacaciones de Navidad para firmar una serie de decretos reales urgentes, tras la polémica que ha generado el desplazamiento del monarca durante diez días a Asia a bordo de un avión militar por los costes del viaje. Felipe y su familia tienen previsto regresar de la India el 30 de diciembre a Bélgica, en lugar del 31, para refrendar los citados documentos antes de que finalice el año para que puedan entrar en vigor el 1 de enero, publica hoy el diario económico belga L'Echo.
La coalición gobernante, liderada por el liberal Charles Michel, ha pedido al rey que proceda de este modo para evitar el envío de otro avión militar con los documentos hasta la India, después de la polémica creada en torno al descanso navideño del monarca.
Las vacaciones reales acapararon las miradas del público tras la protesta manifestada por el sindicato socialista del Ejército, al considerar que el rey debería asumir los costes de sus viajes privados de su propio bolsillo, dado que recibe una dotación a cargo de las arcas públicas, o elegir unas vacaciones más modestas.
Fuentes citadas por L'Echo apuntan a que el Gobierno de Michel pretendía evitar caer en gastos innecesarios con el envío de otro avión militar y una nueva polémica en torno a la Casa Real.
El debate en torno al desplazamiento también ha salpicado al propio Ejecutivo federal, ya que, pese a haberlo negado en un primer momento, fue el propio ministro de Defensa, Steven Vandeput (N-VA), quien había autorizado el viaje privado del rey Felipe expensas del ejército.
Vandeput había anunciado previamente que el nuevo Gobierno belga, liderado por el liberal Charles Michel y formado con varias fuerzas francófonas y flamencas conservadoras, tenía la intención de limitar los gastos de este tipo de viaje.
El rey de Bélgica, según la legislación, no puede viajar más que en aviones militares por cuestiones de seguridad, por lo que los críticos piden al monarca que haga viajes privados menos costosos o ayude a sufragar los gastos de los mismos.
El Falcon del ejército belga tiene que mantenerse en el destino elegido por el rey a lo largo de sus vacaciones, al igual que toda su tripulación.
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