Reino Unido
Financiación ilegal para salvar la campaña a favor del Brexit
Un voluntario denuncia que superó el límite de gasto, se desviaron fondos y se borraron pruebas
Un voluntario denuncia que superó el límite de gasto, se desviaron fondos y se borraron pruebas.
En medio de unas complejas negociaciones del Brexit y con una «premier» sin liderazgo ni autoridad, las declaraciones del joven Shahmir Sanni explotaron ayer cual cóctel molotov en Downing Street. Sanni tan sólo tenía 22 años cuando trabajó como voluntario para «Vote Leave», la campaña oficial que pedía el voto para dejar la UE en el referéndum de junio de 2016. Acabó convirtiéndose en una de las figuras clave del movimiento juvenil euroescéptico. Pero ahora denuncia que la campaña capitaneada por Boris Johnson actuó de manera ilegal, ya que sobrepasó los límites de «gasto establecidos» y, de manera fraudulenta, destinó 625.000 libras a Aggregate IQ, la empresa responsable del «software» de Cambridge Analytica, la consultora que está ahora en el centro de la polémica por haber manipulado supuestamente datos de millones de usuarios de Facebook para lograr el triunfo de Donald Trump. «Estoy de acuerdo en dejar la UE, pero no en que perdamos lo que significa ser británico, lo que significa seguir las normas, lo que significa una democracia», declaró ayer el joven a Channel 4.
Por si la información no fuera ya delicada, Sanni asegura que las operaciones para llevar a cabo estas donaciones ilegales habrían sido supervisadas por Stephen Parkinson, el actual director político de Theresa May. Este último afirma que conoce personalmente al joven, pero insiste en que sólo le dio algunos consejos como pareja, ya que mantuvieron una relación 18 meses. El problema es que Sanni es de origen paquistaní, donde la pena de muerte está técnicamente permitida para los gays y nadie de su familia sabía su orientación sexual: «Nunca imaginé que él, con la ayuda del número 10, decidiera decir al mundo que soy homosexual, en un último intento desesperado por asustarme».
Según «The Observer», Sanni comenzó a trabajar en 2016 como voluntario para la campaña «Vote Leave». Tenía gran entusiasmo por defender la causa euroescéptica y los directivos le sugirieron que se centrara en «BeLeave», lo que en principio fue el «grupo de jóvenes» dentro de la campaña oficial. Dos semanas antes del referéndum, «Vote Leave» estaba a punto de alcanzar su límite de gasto de siete millones de libras. Para entonces, Cleo Watson, otro de los directivos que trabaja ahora como asesor para May, había dicho a Sanni y a su amigo Darren Grimes que dieran de alta a «BeLeave» como grupo independiente y crearan una cuenta propia. «Los abogados de ''Vote Leave'' nos aconsejaron en cada paso. Nos dijeron qué hacer y dónde firmar», asegura. Diez días antes del referéndum, «Vote Leave» recibió una misteriosa donación de un millón de libras. La identidad del donante es aún hoy un misterio. Hasta ahora, la versión oficial era que 625.000 libras acabaron en la cuenta de «BeLeave». Sin embargo, Sanni asegura que nunca llegó a ver ese dinero, que fue destinado a Aggregate IQ. «Yo era el tesorero y secretario de ''BeLeave'' y nunca lo vi. No teníamos control de eso. ''Vote Leave'' decidió todo», zanja.
Otros grupos no oficiales que también pidieron el voto por la salida del bloque –«Veterans for Britain» y el partido político de los unionistas norilandeses DUP– también recibieron, supuestamente, donaciones de «Vote Leave» que fueron a parar a Aggregate IQ. La «coordinación» entre campañas está prohibida por la ley electoral británica, a menos que se declare conjuntamente el gasto. Pero no fue así. «Vote Leave» insiste que no tenía nada que ver con «BeLeave». Pero Sanni recalca que siempre trabajaron juntos. Cuando la Comisión Electoral abrió una investigación en 2017, Victoria Woodcock, la directora de operaciones de «Vote Leave», borró su nombre; el del director de campaña, Dominic Cummings; y del director digital, Henry de Zoete, de docenas de archivos que relacionaban a los dos grupos para ocultar toda coordinación.
Por su parte, Parkinson asegura que no dirigió «las actividades de ningún grupo de campaña por separado». «No tuve ninguna responsabilidad en las campañas digitales o las donaciones y estoy seguro de que ''Vote Leave'' actuó dentro de la ley y las estrictas normas de gasto en todo momento», matiza. El ministro de Exteriores, Boris Johnson, tachó de «ridículas» las acusaciones asegurando que la campaña ganó de forma «justa y legal».
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