Guerra en Siria
Francia propone nuevas «líneas rojas»
Moscú rechaza el borrador de resolución y presentará su propio texto
PARÍS- La proposición rusa para que Siria ponga su arsenal de armas químicas bajo control internacional y su posterior destrucción es un avance, que por inesperado tras meses de bloqueo por parte de Moscú, suscita cierto escepticismo. Es lo que explica que Francia tomara ayer la iniciativa de llevar la propuesta rusa al marco de la ONU en forma de un borrador de resolución y con exigencias concretas para el régimen sirio. Un ardid de la diplomacia gala para comprobar la sinceridad de la oferta del Gobierno ruso, indefectible aliado de Siria. «Francia acoge con interés y prudencia dicha proposición», reconocía su ministro de Exteriores, Laurent Fabius, al anunciar la presentación ante el consejo de seguridad de un texto en el que se apremia a Asad a facilitar el control de su arsenal químico por instancias internacionales y su destrucción en un plazo inmediato con pena de «consecuencias extremadamente serias» si Siria viola sus obligaciones. Esto es, el recurso a la fuerza y la intervención militar como autoriza el capítulo VII de la Carta de la ONU. «Hay que tomar la percha tendida por Moscú, pero no hay que caer en una trampa», previno el ministro galo sin ocultar cierto recelo porque se trate de una operación del aliado del dictador sirio para ganar tiempo ante la eventualidad de una intervención militar de EE UU y Francia en el país árabe. «No queremos que la propuesta rusa sirva de maniobra dilatoria», añadió Fabius tras explicar que el objetivo de la resolución gala es «eliminar la amenaza química y la protección del pueblo sirio». Lo que París exige en ese borrador es que se condene la masacre con armas tóxicas perpetrada por el régimen de Asad el pasado 21 de agosto y que los autores de la matanza paguen y comparezcan ante la justicia penal internacional. También se exhorta a Damasco a que «arroje toda la luz» sobre su arsenal químico, elabore un inventario y lo ponga a disposición de la comunidad internacional para su desmantelamiento. El cumplimiento de todas estas exigencias estaría supervisado por un dispositivo completo de inspección y de control a cargo de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAC). «Es la aceptación de todas estas condiciones lo que nosotros juzgaremos», zanjó el jefe de la Diplomacia gala asegurando, de paso, que «todas las opciones están sobre la mesa». Incluida la de atacar Siria. Una posición que recordaba horas después Hollande tras conversar telefónicamente con Obama, con el que convino examinar «con mucha atención» la pertinencia de la proposición rusa, y aunque su preferencia es la solución diplomática, «es importante mantener abiertas todas las opciones», rezaba un comunicado del Elíseo. Si el borrador galo cuenta ya con el respaldo de EE UU y Reino Unido, también se granjeó su primer detractor. Rusia hizo saber a través de su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, que el texto, que incluye el recurso a la fuerza, es «inaceptable».
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