Estados Unidos

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El exsecretario de Defensa de EEUU Robert Gates apoyó hoy el uso de aviones no tripulados ("drones") contra objetivos terroristas, pero se mostró a favor de que se consulte con el Congreso en caso de atacar a ciudadanos estadounidenses.

En una entrevista con el programa de CNN "State of the Union", Gates defendió el uso de estos aviones por considerar que son "enormemente útiles"para labores de vigilancia, y su precisión tecnológica permite seguir al objetivo hasta que esté solo o, en caso de tratarse de un edificio, se puede esperar a que quede vacío.

El Gobierno del presidente, Barack Obama, ha extendido el uso de esta práctica para localizar y abatir a sospechosos de Al Qaeda en el extranjero, lo que suscitó protestas de grupos de derechos humanos, después de que en 2011 un ataque con "drones"causara la muerte en Yemen de Anwar al Awlaki, ciudadano estadounidense y miembro de esa red terrorista.

La polémica se centró esta semana sobre el uso de los "drones"después de que se filtrara un documento del Departamento de Justicia en el que se revela que la muerte de un estadounidense está justificada si se trata de "un líder de operaciones"de Al Qaeda o "una fuerza asociada".

Gates aseguró que las normas y las prácticas que ha seguido el Gobierno de Obama son "bastante estrictas", y consideró que "no se abusa"del uso de los "drones".

No obstante, se mostró a favor de establecer "algún tipo de control"sobre los poderes del presidente para ordenar este tipo de ataques selectivos contra estadounidenses sospechosos de ser miembros de Al Qaeda.

Gates, que fue el primer secretario de Defensa de Obama y sirvió también en la administración del anterior presidente republicano, George W. Bush, abogó por algún tipo de consulta con el Congreso, con los comités de Inteligencia de ambas cámaras, o algún tipo de confirmación independiente.

"Es algo que vale la pena considerar seriamente", dijo.

A su juicio, evitar dejar en manos del presidente la decisión de ajusticiar a ciudadanos norteamericanos, "por muy horribles que sean", y someterlo a revisión del Congreso "inspirará más confianza a los ciudadanos estadounidenses".