Reino Unido

George Osborne: «La razón principal para pertenecer a la UE es de carácter económico»

«Los británicos quieren estar en europa, no estar dirigidos desde Europa» señala el ministro del Tesoro de Cameron que exige a Bruselas afrontar cambios

George Osborne: «La razón principal para pertenecer a la UE es de carácter económico»
George Osborne: «La razón principal para pertenecer a la UE es de carácter económico»larazon

El 7 de mayo, mientras el país acudía a las urnas, el ministro del Tesoro estaba embarcado en una tarea más mundana: el embalaje. Con los sondeos de opinión obstinadamente igualados, incluso el optimismo de George Osborne se había visto mermado, por lo que decidió coger ropa suficiente en caso de que no pudiera regresar a Downing Street.

Se fue a Oxfordshire, donde pasó el día con David Cameron haciendo planes para otra coalición o un Gobierno en minoría, antes de marcharse a su circunscripción para estar presente durante el recuento de votos. Para su frustración, cuando llegó a su casa en Peak District no tenía señal en su móvil, por lo que se vio obligado a acudir a un hotel en Macclesfield para poder seguir desde allí los históricos resultados. «Yo sabía que íbamos a permanecer en el Gobierno, pero no pensé que íbamos a conseguir la mayoría absoluta», dice. «Sentí que habíamos hecho lo suficiente para convencer a los británicos para tener la mayoría absoluta. Pero no creía que eso fuera a suceder...».

«Vivo en Downing Street [mientras que el primer ministro vive en el número 10 y el ministro del Tesoro vive en el número 11], así que tenía que ir a lo práctico. Tomé la decisión de no hacer las maletas del todo, pero sí cogí equipaje para tener por unos días camisas limpias».

Tres meses después, Osborne está sentado en el gran jardín de la residencia del embajador británico en París después de haber pasado la tarde reunido con el primer ministro francés. La noche de nervios en una habitación de hotel en Macclesfield parece ya un recuerdo lejano. El «chancellor» está ahora completamente centrado en la renegociación de las relaciones de Reino Unido con la Unión Europea (UE) ante el inminente referéndum de permanencia al que David Cameron se ha comprometido. El «premier» prometió hacerlo antes de que finalizara 2017, aunque podría adelantarlo al año que viene para evitar, sobre todo, la incertidumbre en los mercados.

En su primera gran entrevista desde las elecciones –y los Presupuestos Generales– , Osborne, que se postula como favorito para suceder a Cameron como primer ministro después de que éste haya descartado presentarse a unos terceros comicios, habla de un cambio «tectónico» en la política británica, con la oposición laborista aún sin líder después de que Ed Miliband tuviera que dimitir tras la humillante derrota. «Creo que lo que está sucediendo en el Partido Laborista es un ataque de locura colectiva», señala. «No es sólo Jeremy Corbyn. Muchos de los candidatos ahora están rechazando lo que el pueblo británico les ha dicho en los últimos meses... Consideran que no pasaron demasiado tiempo en el poder, dicen que las políticas de austeridad no son necesarias y aseguran que el sistema de bienestar no necesita ninguna reforma. Y ésa no es sólo la opinión de Corbyn. Es la opinión de gente como Yvette Cooper y Andy Burnham [otros aspirantes al liderazgo laborista]».

«De hecho, el único candidato que, hasta ahora, veo que está tratando de lidiar con los problemas del siglo XXI es el que parece que lo está haciendo menos bien, Liz Kendall». «Los principales candidatos están tratando de llevar al Partido Laborista de regreso a los años setenta y ochenta. Por suerte, no creo que vayan a convencer al pueblo británico de que los siga».

Sin embargo, el Partido Conservador también se enfrenta a una batalla importante durante los próximos dos años, ya que tendrá que renegociar la relación con la UE sin provocar una escisión «tory». Osborne, que jugará un papel clave en este proceso, ha iniciado una serie de visitas a las capitales europeas para abordar los planes del Ejecutivo británico con otros Gobiernos.

Comenzó (el pasado mes de julio) quizá con la tarea más difícil, la negociación con los ministros socialistas en Francia, que son quienes han mostrado más abiertamente su oposición a las intenciones británicas. «Es muy importante que nos involucramos con Francia... Uno de los desafíos con ese país es que es uno de nuestros principales socios en gran cantidad de temas de defensa, inteligencia y seguridad. Pero, por otra parte, no siempre ha sido un socio cercano en temas de reforma económica».

Sin embargo, a raíz de la crisis griega y después de 24 horas de conversaciones con cuatro ministros franceses diferentes, Osborne insiste en que hay razones para ser optimista. En este sentido, asegura que en los últimos meses han ocurrido «dos acontecimientos importantes» que han obligado a los líderes europeos a tomar las demandas británicas mucho más en serio.

«El primero es la elección de un Gobierno conservador con mayoría absoluta. Ahora entienden que ese referéndum va a tener lugar. Será antes de que termine 2017 y todo el mundo tiene que participar en la búsqueda de un acuerdo. «El segundo acontecimiento ha sido la crisis griega, que ha forzado a la zona euro a enfrentarse con la verdad: en este momento no está diseñada para garantizar la estabilidad y el éxito a largo plazo para el euro, por lo que tiene que afrontar cambios». Osborne insiste: «Hay que llegar a un acuerdo». «No va a ser sencillo, no va a ser fácil... pero es absolutamente factible».

El «chancellor», asegura repetidamente que ahora está claro que la Eurozona debe integrarse aún más para hacer frente a la crisis griega y a otras situaciones similares que puedan surgir. A medida que se embarca en este proyecto, Reino Unido tendrá la oportunidad de retirarse y plantear una nueva relación con el resto de la Unión Europea.

Exactamente cuál es el «acuerdo» al que Londres quiere llegar en Bruselas es algo que permanece envuelto en misterio. Incluso los franceses aseguran que no tiene claros los detalles de las próximas reuniones.

Osborne insiste en que los cambios que demandan son lo suficientemente importantes como para requerir el cambio de los tratados. Afirma que este proceso podría no estar completado antes de que los británicos tengan que votar en el referéndum y que por eso se exigirá un mecanismo jurídicamente vinculante.

Por otra parte, en comentarios que van a ser más que bien recibidos por el ala euroescéptica de su partido, Osborne quiere que Reino Unido vuelva a tener con Europa una relación al estilo del Mercado Único.

Cuando se le pregunta si la interacción de Reino Unido con la UE en el futuro debe ser simplemente de carácter comercial, responde: «Yo prefiero hablar de ello como un mercado único de libre comercio. Libre comercio con normas que permitan que sea un verdadero éxito. Ésa es la manera que creo que deberíamos pensar en ello».

«Reino Unido tiene otros intereses a nivel europeo. Por ejemplo, las conversaciones sobre cambio climático que tendrán lugar en París a finales de este año o el trabajo en materia de Seguridad que realizamos con los franceses. Pero siempre he sentido que la razón principal de pertenencia a la Unión Europea era la económica. Y por eso es tan importante fijar los aspectos económicos si vamos a convencer a la gente y si vamos a convencernos a nosotros mismos de que lo adecuado para Reino Unido es permanecer en el seno de la Unión Europea».

Aunque restablecer el comercio y las relaciones económicas con la UE se considera crucial para la renegociación, el ministro del Tesoro británico también apunta a otras áreas. Cameron se ha comprometido, por ejemplo, a restringir los subsidios sociales a los inmigrantes europeos recién llegados. Y el «chancellor», por su parte, recalca que los parlamentos nacionales deberían tener voz y voto sobre el conjunto de propuestas europeas.

Choque de trenes con Juncker

Sin embargo, uno de los principales problemas a los que se enfrentan Cameron y Osborne es su pésima relación con Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea (CE). El primer ministro británico realizó una campaña sin éxito para que Juncker no consiguiera el puesto como presidente de la Comisión y, a cambio, éste quiso cargar a Reino Unido con parte de los gastos del último rescate griego.

Cuando se le pregunta a Osborne si confía en que Juncker vaya a cumplir las promesas hechas a Londres durante las renegociaciones de devolución de competencias desde Europa se niega a responder. Recalca, en cambio, que es un proceso que involucra a veintisiete países diferentes que han mostrado su disposición a participar. «Hay muchos jugadores en esto», apostilla Osborne.

«Tenemos que hacer lo mejor para nuestro futuro», dice. «No queremos estar en una Unión Europea que presida una parte del mundo en crisis... Queremos que Europa sea la fuente del futuro dinamismo económico y Reino Unido, un líder exitoso en este escenario. No está en nuestros intereses que nuestros vecinos estén en crisis. Queremos que esto sea un vecindario exitoso».

La tarea que afronta Osborne para devolver a Reino Unido a algo parecido a la relación original del Mercado Único con Europa es hercúlea. Él acepta que habrá miembros de su propio partido que votarán para abandonar el club europeo y no espera hacerles cambiar de postura durante la campaña.

Pero, ¿qué hay de la opinión pública? ¿Los británicos podrán ser persuadidos para permanecer en una Unión Europea que ha sido desgarrada en las últimas semanas en medio de la crisis griega, que sigue en curso?

«Siempre he pensado que la mayor parte de la opinión pública británica quiere estar en Europa, no dirigida por Europa», dice. «Creo que si podemos lograr estas reformas dentro del seno de la UE, será en nuestro interés nacional [permanecer en la Unión]».

Horas antes de la entrevista, Osborne fue elegido por las casas de apuestas como el favorito para convertirse en el próximo primer ministro conservador y suceder a David Cameron dentro de los tories. Sin embargo, su papel en primera línea en estas negociaciones con la Unión Europea y su éxito o fracaso ante los ojos de su formación y el electorado británico pueden influir en su ambición política.

En este sentido, sentado en el jardín del embajador con toda la Oficina de Asuntos Exteriores a su disposición, muchos podrían llegar a la conclusión de que se trata de una carrera de entrenamiento. Pero Osborne se niega a hablar del liderazgo de los conservadores británicos e insiste en que su presencia en París está puramente relacionada con su trabajo como ministro del Tesoro. Sólo el tiempo dirá si estas semanas marcaron los pilares para la próxima etapa que aguarda al Partido Conservador británico.

Al frente de la negociación con Bruselas sobre el referéndum

El primer ministro británico, David Cameron, ha delegado en George Osborne una de las tareas más hercúleas que tiene por delante el Gobierno consevador. Negociar con Europa la devolución de competencias y fijar los mimbres de una nueva relación que debe pasar por el examen de las urnas. El éxito o el fracaso del ministro del Tesoro en esta tarea marcará el futuro político como posible sucesor de Cameron al frente de los «tories».