Internacional

Giorgia Meloni, un ariete a la derecha de Salvini

Hermanos de Italia clausura su congreso anual de Atreju con la participación de Abascal y Orbán como estrellas invitadas

El presidente de Vox, Santiago Abascal, este sábado con la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni
El presidente de Vox, Santiago Abascal, este sábado con la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Melonilarazon

Hermanos de Italia clausura su congreso anual de Atreju con la participación de Abascal y Orbán como estrellas invitadas.

Hace exactamente un año, en pleno auge de Matteo Salvini, una mujer esperaba pacientemente a que terminara la charla del político que había sobreexplotado la isla Tiberina, un pequeño pedazo de tierra en medio del Tíber, con cientos de seguidores que porfiaban a codazos por hacerse un selfie con él. La mujer quería escuchar la siguiente intervención. «Salvini no me disgusta, pero me parece demasiado flojo», confesaba. Y poco después subía al palco Giorgia Meloni, quien decía que había que hundir los barcos de las ONG si Salvini hablaba de cerrar los puertos, que bramaba con un tono agudo y chillón mucho menos soportable para los tímpanos que el del ex ministro del Interior y que se enorgullecía de haber sido la única política que no se ha movido nunca de la derecha.

La competición por adelantarse por el carril diestro se produjo en Atreju, el congreso anual de su partido, Hermanos de Italia. Hoy por hoy, una cita fundamental en el calendario político italiano. El año pasado Hermanos de Italia acababa de adherirse a The Movement, el fallido grupo con el que Steve Bannon quiso conquistar Europa. Y precisamente el ex asesor de Donald Trump fue la estrella invitada de la cita, junto a Salvini y Meloni. Este fin de semana, en una nueva edición, se esperaba al líder de Vox, Santiago Abascal, y al primer ministro húngaro, Víctor Orbán. El congreso no está únicamente copado por la ultraderecha, también ha confirmado el primer ministro italiano, Giuseppe Conte. Hermanos de Italia es un partido todavía minoritario, pero que en los últimos tiempos ha crecido en popularidad y financiación. Fue fundado hace sólo cinco años por la propia Meloni, recogiendo las cenizas de la derecha más extrema. Su símbolo, una llama tricolor con la enseña nacional, es un homenaje al Movimiento Social Italiano, una formación que acogió durante décadas a los fascistas derrotados en la Segunda Guerra Mundial. La líder del partido representa todavía hoy esa mecha ultraderechista que nunca se ha extinguido en Italia y especialmente en Roma.

Giorgia Meloni nació hace 42 años en Garbatella, uno de los barrios más populares y genuinamente romanos que le quedan a la gentrificada capital italiana. La huella de Mussolini todavía se percibe por sus calles, transformada en unas casas populares, construidas durante el «Ventenio fascista» para alojar a los trabajadores, y que hoy se ven como una especie de corralas con encanto «hipster». En esos colectivos estudiantiles derechistas, de un carácter revolucionario que nunca le ha faltado a estos grupos en Italia independientemente de su ideología, creció Meloni. Más tarde fue ministra de Juventud -la ministra más joven de la historia en aquel momento, con 31 años -con Silvio Berlusconi, en un departamento sin competencias pero que le sirvió para foguearse en política.

Ahora representa al sector más ultraconservador del panorama italiano. Durante el último Gobierno del socialdemócrata Partido Democrático (PD) se volcó en su oposición a las adopciones de parejas homosexuales o a las leyes sobre el aborto. Se acercó a esos grupos conservadores católicos que se oponen al Papa Francisco y que se dieron cita en el Congreso Mundial de las Familias que se celebró el pasado marzo en Verona. En el caso de Bibbiano, un pueblo en el que un alcalde del PD se ha visto implicado en una red que daba en adopción a niños de forma irregular, ella ha sido quien más ha levantado la voz. Si el discurso de Salvini se dirige más a la clase trabajadora desencantada, el de Meloni es el del tradicionalismo que encarna Orbán o la ultraderecha polaca.

En las últimas europeas, Hermanos de Italia consiguió un 6,5% de los votos. Su éxito puede parecer relativo, pero resulta fundamental sobre todo en el centro de Italia, donde está más arraigada una derecha de inspiración neofascista. La alianza de la Liga a nivel regional con este partido y otros grupos satélites es lo que ha provocado que Salvini eche raíces en este territorio. En las últimas encuestas, Meloni ha alcanzado el nivel de popularidad del ex ministro del Interior (44%), sólo superados por Conte y el comisario europeo Paolo Gentiloni. «A Salvini se le nota cansado, en plena crisis después de haber perdido el Gobierno. Y, por primera vez, se le ve que corre detrás de Meloni para aprovechar el tirón que ésta tiene entre la derecha», opina Emiliana de Blasio, politóloga de la Universidad Luiss. En caso de que haya elecciones, los números que le dan a Meloni serían suficientes para formar un Gobierno plenamente soberanista junto a Salvini.

Una ecuación que deja fuera del tablero conservador a Silvio Berlusconi, que ve cómo una pareja de jóvenes extremistas le han arrebatado todo el espacio por la derecha.