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Hollande se refugia en el patriotismo

El presidente francés apela a la unidad para aplacar el descontento social

El presidente francés, François Hollande, junto a la tumba del soldado desconocido, bajo el Arco de Triunfo
El presidente francés, François Hollande, junto a la tumba del soldado desconocido, bajo el Arco de Triunfolarazon

Los abucheos marcaron el ritmo de una jornada de conmemoraciones históricas en la que François Hollande esperaba poder reafirmar su autoridad como presidente de todos los franceses.

Los abucheos marcaron el ritmo de una jornada de conmemoraciones históricas en la que François Hollande esperaba poder reafirmar su autoridad como presidente de todos los franceses. Con la popularidad por los suelos y un ambiente social explosivo, al jefe del Estado galo le sirvió de poco invocar ayer la memoria de las dos guerras mundiales, sus terribles consecuencias y la fuerza de la unidad de la nación como resorte para superar aquellos trances. Por la mañana en París, homenajeando a George Clemenceau, padre de la victoria de 1918; ante la tumba del soldado desconocido bajo el Arco del Triunfo, o por la tarde, en la localidad de Oyonnax, donde rindió tributo a los resistentes que en 1943 honraron la memoria de los caídos en la I Guerra Mundial desafiando la ocupación nazi, Hollande no pudo esquivar los silbidos, las muestras de reprobación y hasta incidentes violentos. Consciente del clima de inquietud, y de que la ineficacia de sus políticas, además de una cierta ambigüedad en ámbitos como la inmigración, están aupando al Frente Nacional, el presidente apeló a no transigir «ante el odio, la intolerancia, los extremismos o el racismo. No ceder ante las presiones, de donde vengan, eso es la República», zanjó en un discurso, previniendo así contra la deriva populista. Frente a la crisis económica y social, Hollande llamó a la cohesión nacional, en un mensaje apenas velado a la oposición, pero también a su propio bando, cada vez más escindido, porque «nuestro país no es nada cuando está dividido en territorios, categorías y particularismos», dijo.

Pero la bandera del patriotismo para enderezar un país que ha perdido la confianza en su Gobierno, no soporta más presión fiscal y ve cómo cada día crece el paro, no parecen calar en la ciudadanía. Sobre todo, porque los resultados prometidos tardan en llegar. Y la impresión de un Ejecutivo vacilante, que promueve medidas que luego retira, erosiona aún más la credibilidad de Hollande, al que sólo apoya ya un 21% de los franceses, según un sondeo de Ipsos, marcando un nuevo récord de impopularidad.

Los abucheos terminan en violencia

Entre las decenas de personas que ayer coreaban en los Campos Elíseos «Hollande dimisión» al paso del presidente francés durante la conmemoración del armisticio de la Primera Guerra Mundial, había un grupo de agitadores, que fue reducido y neutralizado por la Policía al protagonizar violentos incidentes y tratar de acercase al dirigente galo. De los 73 detenidos, simpatizantes de distintas organizaciones de extrema derecha, según la Policía, cuatro permanecieron bajo custodia policial por agresión a la autoridad pública, manifestación no autorizada y tenencia de un «arma prohibida».