Refugiados

Idomeni espera noticias de Bruselas

Unas 12.000 personas se hacinan en el campamento griego, pensado para albergar 1.500

Mujeres y niños esperan en la fila de la leche en Idomeni, ayer
Mujeres y niños esperan en la fila de la leche en Idomeni, ayerlarazon

Unas 12.000 personas se hacinan en el campamento griego, pensado para albergar 1.500

La cómoda situación en la que los mandatarios debaten el acuerdo de la Unión Europea con Turquía contrasta con el día a día de los refugiados que huyen de la violencia en sus países de origen. A unos 2.200 kilómetros de Bruselas, en Idomeni, en la frontera griega con Macedonia, aguardan alrededor de 12.000 personas en un estado deplorable. «Hay que tener en cuenta que este campamento se pensó para unas 1.500, por lo que las condiciones de vida son muy malas», explica a LA RAZÓN Miguel Ángel Ramón Tous, coordinador del equipo internacional de Médicos del Mundo en la zona. Es más, el tiempo tampoco está del lado de los refugiados: «Lleva 15 días seguidos lloviendo, todo está enfangado, las enfermedades crónicas empiezan a agravarse, sobre todo entre los más vulnerables», reconoce Tous. El doctor, que lleva sobre el terreno desde diciembre y se quedará hasta finales de abril, indica que aproximadamente el 40% de las personas en Idomeni tiene menos de 16 años, hay familias enteras y muchos niños menores de 5 años. «También muchísimas mujeres embarazadas», asegura antes de entrar de guardia –junto a un equipo de cuatro personas– de 11 de la noche a 8 de la mañana, aunque confiesa que siempre se alarga un par de horas más por todas las complicaciones y nuevos casos que surgen.

El trayecto hasta allí, la mayoría desde Siria, no ha sido fácil. «Las escenas que se ven son dramáticas, familiares que han estado empujando a su abuela, en silla de ruedas, durante 100 kilómetros, heridos y mutilados de guerra, embarazadas, enfermos crónicos...». Pero ni pisando la UE con vida están aún a salvo. El bloqueo en Macedonia les impide continuar el viaje reteniéndoles allí en condiciones infrahumanas. «Hemos notado el desgaste. Con el bloqueo, semana tras semana, ha habido un impacto emocional enorme, con casos de ansiedad...». De acuerdo con Tous, el equipo de Médicos del Mundo principalmente atiende casos por infecciones respiratorias, que por cierto en el campamento se contagian rapidísimo, embarazos, heridas de guerra mal curadas, así como a «enfermos crónicos como diabéticos o hipertensos descompensados, pues perdieron su medicación por el camino». Pero ante la desesperanza y lo que ya han vivido, también hay muchos casos que «tienen que ver más con la psiquiatría o la psicología clínica», asevera el médico.