Disturbios

Asalto sangriento al Congreso tras el intento de Cartes de ser reelegido

Las protestas en Paraguay contra los senadores acabaron con un muerto y más de 200 heridos.

Protestas a las puertas del Congreso
Protestas a las puertas del Congresolarazon

Las protestas en Paraguay contra los senadores acabaron con un muerto y más de 200 heridos.

Parte del Congreso calcinado, 200 detenidos y un muerto es el saldo de una noche de furia en Paraguay, un país donde la democracia se tambalea en sus débiles cimientos. Una nación en donde la derecha y la izquierda pactan sin problemas por un interés común: perpetuarse en el poder. Los incidentes comenzaron la noche del viernes después de que 25 senadores votaran a favor del proyecto de enmienda constitucional para que el presidente Horacio Cartes pueda presentarse a la reelección en las elecciones presidenciales del próximo año. Esa votación se produjo sin la presencia del resto de legisladores y del presidente del Senado, Roberto Acevedo.

El estallido de violencia acabó con el incendio de varias dependencias del Congreso. En un enfrentamiento anterior, la Policía hirió con balines de goma a varias personas, entre ellas el líder del Partido Liberal, Efraín Alegre. Pero el incidente más grave fue la muerte de Rodrigo Quintana, de 25 años, que se produjo pasada la medianoche del viernes cuando efectivos policiales entraron al local del partido, donde estaban reunidos varios afiliados, y realizaron disparos. El Ministerio del Interior aseguró que llegarán «hasta el total esclarecimiento de lo ocurrido, y los responsables serán puestos a disposición de la Justicia». De momento, un policía ha sido arrestado ayer como presunto autor de esta muerte y el ministro del Interior, Tadeo Rojas, ha sido destituido.

La oposición ya venía calentando las calles al calificar la aprobación de la enmienda constitucional como un «golpe parlamentario» al tiempo que hacían un llamado a la ciudadanía «para resistir por todos los medios a nuestro alcance». Una declaración de guerra que surtió efecto.

A un año de la elección presidencial, la reforma constitucional permitiría postularse a un nuevo mandato al presidente conservador Horacio Cartes, en el poder desde 2013, y al ex presidente izquierdista Fernando Lugo (2008-2012), un ex obispo católico auspiciado por el fallecido Hugo Chávez, y destituido posteriormente tras un juicio político. Algo que muchos consideraron un golpe de Estado urdido en el seno del todopoderoso Partido Colorado. Pero todo eso parece agua pasada a juzgar por la nueva alianza. Ambos líderes acordaron en la sombra unirse para conseguir los apoyos y poder aspirar a la reelección. La votación se llevó a cabo en una oficina del Senado, porque el salón plenario estaba ocupado por senadores del opositor Partido Liberal, que se oponen a la reforma porque alegan que la enmienda para facultar un segundo mandato presidencial es anticonstitucional. Finalmente, una mayoría de 25 senadores, de un total de 45, aprobó el proyecto de enmienda.

Con estribillos tales como «dictadura nunca más», centenares de opositores ingresaron al edificio legislativo después de destruir portones, vallas y ventanales, y provocaron un incendio. En el interior del Congreso, saquearon las oficinas de senadores que apoyaron la enmienda.

Después de la larga dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989), la Constitución de 1992 prohibió la reelección presidencial, con el fin de proteger a Paraguay de un presidente que intentara aferrarse al poder.

Ahora, la Cámara de Diputados, donde el Gobierno tiene una gran mayoría, debe aprobar también el proyecto de reforma. El siguiente paso es un referéndum convocado por el tribunal electoral en un plazo no mayor a tres meses. «No vamos a sesionar por ahora. Me impresiona lo que está sucediendo. Me golpea muchísimo. Espero que vuelva la calma y la concordia», dijo Velázquez en un mensaje por televisión.

El presidente del Senado, Roberto Acevedo, afirmó que la votación del viernes «fue inconstitucional» y llamó a la Corte Suprema de Justicia a invalidarla. Por su parte, el presidente Cartes calificó de «bárbaros» a los manifestantes y responsabilizó de los hechos a «un grupo de paraguayos empotrados en la política y en los medios de comunicación para lograr el objetivo de destruir la democracia y la estabilidad política y económica». En cualquier caso, de concretarse la reforma, el Partido Colorado volvería a enfrentarse con su «bestia negra», el izquierdista Fernando Lugo.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, preguntó ayer desde Cuba al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, si sancionará a Paraguay ante la decisión del Congreso de esa nación de aprobar una enmienda constitucional para facultar la reelección presidencial.

A pesar del fuerte crecimiento experimentado en la primera década del 2000 –gracias entre otras cosas a las exportaciones de soja–, Paraguay sigue anclado en la pobreza, con serios problemas de corrupción, narcotráfico y exclusión, sobre todo por parte de los indios guaraníes.