Política

Estado Islámico

Irán se une a Occidente para evitar la guerra civil en Irak

Teherán apoya la formación de un nuevo Gobierno, mientras Al Maliki, primer ministro saliente, se resiste a dimitir

Yazidíes en el paso fronterizo de Fishkhabour, entre Irak y Siria
Yazidíes en el paso fronterizo de Fishkhabour, entre Irak y Sirialarazon

El primer ministro iraquí en funciones, Nuri al Maliki, se ha quedado solo. Ayer fue el propio presidente de EE UU, Barak Obama, quien le dio la espalda al apoyar públicamente la decisión del recién elegido presidente iraquí, Fuad Masum, de nombrar al vicepresidente del Parlamento, Haidar al Abadi, como nuevo primer ministro de Irak. Obama lo dejó claro: «La única solución duradera consiste en que los iraquíes se unan y formen un Gobierno incluyente. Y hoy Irak dio un prometedor paso adelante en ese esfuerzo crucial con la designación de Abadi». Pero Al Maliki no se da aún por vencido y amenazó con un posible golpe de Estado, ya que, como demostró el domingo, cuenta con un amplio apoyo en las Fuerzas de Seguridad y el Ejército. Al Maliki dijo que el nuevo primer ministro «sólo se representa a sí mismo» y advirtió de que más de 30 parlamentarios siguen de su lado y de que continuará con su lucha de mantenerse en el cargo, si bien, exhortó ayer al Ejército y la Policía a quedarse al margen de la crisis política y limitarse a sus funciones de seguridad.

El mandatario chií ha sabido rodearse de hombres de confianza en los altos puestos del Gobierno y militares para cubrirse bien las espaldas. Su obsesión por una sublevación de los suníes contra él le llevó a lo largo de sus dos legislaturas a marginar sistemáticamente a los seguidores suníes y al resto de minorías, lo que ha polarizado Irak, y aumentado y radicalizado el número de militantes del Estado Islámico, una opinión que comparte no sólo EE UU, sino los partidos kurdos, suníes e incluso chíies, además de Alí Sistani, máxima autoridad religiosa chií, quien ha pedido a Al Maliki que se vaya en favor de un candidato de consenso.

Estados Unidos se felicita por el desbloqueo político tras varios meses de «impasse», pero mantiene que, hasta que no pasen los 30 días reglamentarios para ello, Al Maliki sigue siendo oficialmente el primer ministro. El secretario de Estado, Jonh Kerry, dijo que Washington está considerando enviar otros 300 asesores militares, además de armamento, ayuda económica y asistencia política una vez que se forme el nuevo Ejecutivo. Por su parte, Abadi, el primer ministro entrante, expresó al vicepresidente norteamericano, Joe Biden, «su intención de avanzar para formar un Gobierno incluyente y de amplia base que sea capaz de contrarrestar la amenaza del Estado Islámico» y «construir un futuro mejor para los iraquíes de todas las comunidades», precisó la Casa Blanca.

Irán también le dio el espaldarazo al primer ministro en funciones, después de que el secretario del poderoso Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Alí Shamjaní, mostrara ayer su apoyo a la elección de un nuevo jefe de Gobierno en Irak, un gesto que podría interpretarse como que Teherán tolera la salida de Al Maliki. «La República Islámica de Irán apoya los procedimientos legales que preparan el camino para la elección de un nuevo primer ministro iraquí», declaró Shamjaní en un encuentro anual con diplomáticos iraníes. El alto mando iraní instó a todas las facciones políticas iraquíes a mantenerse unidas y respetar el marco de la unidad nacional para proteger los intereses nacionales del país y el imperio de la ley. Además, reiteró el apoyo de Teherán a «un Irak seguro e integrado». El Gobierno estadounidense dio la bienvenida a la decisión de Teherán. «Animamos a cualquier país a que aliente a los iraquíes a formar un gobierno incluyente lo antes posible», dijo la viceportavoz del Departamento de Estado Marie Harf. El apoyo de Teherán a Al Abadi ha sido descrito como «crucial» por diarios como «The Wall Street Journal» y asesta un duro golpe a las ambiciones de Al Maliki de perpetuarse en el poder.

Las felicitaciones por el futuro Gobierno de Irak no disipan las nubes negras de una nueva guerra civil avivada por las tensiones políticas. La fragmentación del país es un hecho inevitable y el Estado Islámico está contribuyendo a esta desintegración. Ahora, las fuerzas kurdas están más involucradas que el propio Ejército iraquí en la guerra contra los yihadistas que acechan a las puertas de Mosul.

Desde la Unión Europea se sigue con detalle los acontecimientos en Irak. Ayer, los embajadores de los Veinticho acordaron «considerar» la petición «urgente» de apoyo militar a los kurdos que combaten a los yihadistas en el norte de Irak, informa desde Bruselas Lidia Soria. No todos los países europeos coinciden en cuál debería ser el alcance de la respuesta comunitaria. Francia e Italia lideran el sector de los que quieren una intervención contundente, como la de EE UU. En el otro lado se encuentra Alemania, cuyo Gobierno no quiere enviar armas a una zona de conflicto.