Irlanda del Norte
Irlanda del Norte celebra elecciones históricas con la sombra del Brexit
El Brexit será el protagonista en unos comicios anticipados, convocados tras el colapso del Gobierno de coalición entre protestantes y católicos.
El Brexit será el protagonista en unos comicios anticipados, convocados tras el colapso del Gobierno de coalición entre protestantes y católicos.
Irlanda del Norte celebra hoy las elecciones regionales más importantes desde el Acuerdo de Paz de Viernes Santo en 1998. El Brexit será el protagonista en unos comicios anticipados, convocados tras el colapso del Gobierno de coalición entre protestantes y católicos.
El viceprimer ministro, el republicano Martin McGuinness, dimitió a principios de año tras la negativa de la ministra principal, la unionista Arlene Foster, a dejar su puesto tras un supuesto escándalo de corrupción. Las tensiones entre el Sinn Fein y el DUP venían ya de antes por sus posturas enfrentadas ante cuestiones como la lengua gaélica o la defensa de grupos minoritarios, pero la brecha se agrandó a raíz del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. A pesar de que los unionistas del DUP hicieron campaña por la ruptura con el bloque, la mayoría del electorado norirlandés rechazó el divorcio.
Ninguna de las formaciones políticas quiere ahora el restablecimiento de una frontera estricta con la República de Irlanda. Aunque el Sinn Fein ha dado un paso más y con el Brexit ha impulsado su objetivo histórico: la reunificación de la isla.
En virtud de los acuerdos de Stormont, el ministro británico para Irlanda del Norte tiene poderes para convocar un referéndum sobre la reunificación de la isla si hay evidencias que confirman un cambio en la opinión pública sobre su estatuto constitucional.
Tras dejar el Gobierno, McGuinness anunció que abandonaba definitivamente la política por una grave enfermedad y el partido eligió para sustituirle a Michelle O'Neill, de 40 años y sin conexiones con el IRA, lo que se interpreta como el comienzo del proceso de renovación del Sinn Féin en la provincia británica, donde aspira a agrandar su base electoral con el voto de los sectores a los que aún espanta su pasado paramilitar.
El acuerdo de paz obliga a la formación de gobiernos de coalición entre los partidos católicos y protestantes más votados, que, según los sondeos, volverán a ser el Sinn Fein y el DUP. Pero los primeros han advertido de que no compartirá el poder con los de Foster hasta que ambas partes negocien un programa de gobierno radicalmente diferente al anterior. Planea por tanto la sombra de la suspensión indefinida de la autonomía norirlandesa, que pasaría a ser gobernada directamente desde Londres como en los peores tiempos del conflicto.
El recuento de sufragios comenzará el viernes y el resultado final podría anunciarse el sábado si no se presentan reclamaciones, algo habitual en los comicios norirlandeses como consecuencia de su complejo sistema electoral.
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