Crisis en Egipto
Israel teme que la inestabilidad del país genere violencia en el Sinaí
JERUSALÉN- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó ayer que ningún miembro del Gobierno israelí hiciera público ningún comentario sobre la dramática situación en Egipto. Pero en declaraciones a la Prensa local, altos funcionarios de Estado, que pidieron no ser identificados, expresaron su preocupación por las implicaciones que puede tener en Israel. En concreto, se teme que la situación actual en el país vecino, aún inestable, conduzca a un deterioro de la seguridad en la península del Sinaí, contigua a Israel. Aunque Mursi, un presidente islamista, nunca despertó simpatías en Tel Aviv, un alto funcionario recordaba ayer que a pesar de las dudas iniciales, en la práctica Israel tenía una «buena cooperación de seguridad con el Egipto de Mursi». En principio, se estima que las posibilidades de alcanzar un gobierno secular –frente al Ejecutivo islámico que regía hasta ahora en el país– pueden ser mejores para la relación de Egipto con Israel. Pero antes aún de saber la identidad del presidente definitivo y de sus futuras posturas respecto a Israel, el problema inmediato es la inestabilidad que puede llevar a mayores atentados y desafíos. Por su parte, las autoridades sirias felicitaron al pueblo egipcio y declararon que «la caída del modelo de los Hermanos Musulmanes confirma de nuevo la incapacidad del islam político para administrar el país, proteger la variedad cultural y civilizada y las libertades». El recién nombrado emir de Qatar también aplaudió el golpe, una postura que ha causado sorpresa en Egipto, debido a la cercanía del depuesto Mursi con Hamad bin Jalifa al Zani, padre del actual jefe de Estado, y que abdicó hace sólo diez días.
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