Italia blinda la Plaza de San Pedro y la Scala de Milán

Días tensos tras los atentados de París. Los artificieros italianos, ante un posible peligro de bomba, intervinieron ayer en el metro de Roma y en el de Milán; y otra más el día anterior cerca de la Embajada de EE UU. Todo quedó en una falsa alarma. El miércoles por la noche, el FBI estadounidense pasó a los servicios de inteligencia italianos un documento que avisaba de que tanto la Plaza de San Pedro en Roma como el Duomo y la Scala de Milán son objetivos de posibles atentados, al igual que otros lugares públicos como iglesias y sinagogas. El Gobierno italiano, así pues, intensificó el patrullaje de las principales urbes y está investigando a 5 personas.

Es Roma la más reforzada por el momento, con más de 2.000 efectivos militares y policiales. Milán, dispone actualmente sólo de 250 agentes más, concentrados especialmente en los aledaños de Piazza Duomo. El presidente del Gobierno, Matteo Renzi, excluye «categóricamente», que haya modificaciones constitucionales en términos de seguridad: «Es suficiente con reforzar los servicios de inteligencia». Y añade: «Hemos superado el terrorismo interno de hace décadas y la mafia de los noventa». Para el ministro del interior, Angelino Alfano: «No hay ni infravaloraciones, ni alarmismos». Por otra parte, el titular de exteriores, Paolo Gentiloni, asegura que «Italia no mandará efectivos a Siria».

Italia se encuentra en el nivel 2 de alerta, el segundo más alto. Pero en la calle se respira cierta normalidad, donde una de las frases más sonadas en Roma es elocuente: «Para ganarles, tenemos que vivir normalmente».